viernes 18 de abril de 2025
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Mapas olfativos que capturan las identidades odoríferas de las ciudades

Sensory Maps es una plataforma desarrollada por Kate McLean que registra los aromas característicos de diferentes urbes mediante recorridos guiados con participantes locales. Esta diseñadora británica crea representaciones visuales de los paisajes olfativos urbanos, destacando cómo los olores revelan aspectos culturales, históricos y sociales que normalmente pasan desapercibidos.

McLean dirige la carrera de Diseño Gráfico en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Kent y lleva más de una década investigando cómo los olores configuran nuestra experiencia urbana. Su método consiste en organizar «caminatas olfativas» donde pequeños grupos recorren zonas específicas, identifican aromas y describen sus percepciones.

Esta técnica de mapeo olfativo tiene raíces históricas profundas. El primer recorrido olfativo registrado ocurrió en 1790 en París, cuando Jean-Noël Hallé caminó diez kilómetros a lo largo del río Sena para investigar los olores nocivos que, según las creencias de la época, causaban enfermedades. Los estudios de Hallé fueron explorados posteriormente por Alain Corbin en su investigación sobre la percepción de los olores publicada en 1982.

Los resultados de estas expediciones sensoriales sorprenden por su complejidad. En Amsterdam, los participantes detectaron más de 600 olores distintos, desde el dulce aroma de los waffles hasta especias orientales de restaurantes asiáticos y surinameses, pasando por el pescado en escabeche de los puestos de arenque, vinculado a una de las industrias históricas clave de la ciudad.

El mapa olfativo de Edimburgo revela otra faceta de la identidad urbana, con aromas de malta procedentes de cervecerías locales y hierba recién cortada de sus numerosos parques.

Mientras tanto, en Singapur, los participantes captaron olores de shisha y curry, reflejo de su diversidad cultural y tradiciones culinarias.

McLean transforma estos datos en mapas visuales que muestran la distribución de los aromas en cada lugar. Estas representaciones no solo documentan aspectos ocultos de las ciudades, sino que también evidencian las conexiones emocionales que las personas establecen con los olores. Entre las descripciones inusuales recogidas aparecen «olor a sueños rotos» o «brócoli/secretos oscuros profundos».

Los olores urbanos se generan principalmente como resultado de la actividad humana. Estas emisiones olfativas revelan prácticas culturales, industrias, comercios, ofertas culinarias y servicios municipales de las ciudades. El contexto modifica la percepción del estímulo: el olor a marisco resulta agradable en un mercado de pescado pero desconcertante si se encuentra en un parque.

El enfoque de Sensory Maps, centrado en la experiencia sensorial completa, busca trascender la predominancia de lo visual en el diseño urbano. Los olores, ya sean agradables o desagradables, constituyen un elemento esencial en la configuración de espacios públicos y deberían considerarse junto con otros componentes sensoriales en la planificación urbanística.

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