domingo 30 de marzo de 2025
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Abre en Tokio una cafetería para desayunar en un cuarto del terror

La empresa japonesa Obaken inauguró este mes en el vecindario Honan de Tokio el Café Juju, un establecimiento donde los clientes pueden comer y beber rodeados de objetos supuestamente malditos como muñecas siniestras, restos momificados y espejos embrujados.

El local divide estratégicamente su propuesta: la planta baja se presenta como un típico café japonés de ambiente luminoso con opciones como curry, pizza y bebidas, mientras el segundo piso alberga una perturbadora colección de artefactos embrujados. El nombre mismo del café revela su naturaleza, ya que «ju» significa «maldición» en japonés.

Una misteriosa puerta con bordes oscurecidos en la planta baja funciona como portal entre ambos mundos, anticipando la experiencia espeluznante que aguarda arriba. Los responsables del lugar explican con humor macabro que «puedes limitar tu visita enteramente a la primera planta mientras directamente sobre tu cabeza otros visitantes se someten a las energías malévolas».

Los visitantes deben pagar 600 yenes adicionales (unos 4 dólares) para acceder al piso superior, y solo pueden hacerlo después de ordenar un segundo producto del menú. Esta política permite a los clientes asustadizos fingir que se abstienen por razones económicas y no por miedo a las maldiciones.

La dualidad del concepto se extiende hasta los más mínimos detalles como los posavasos: algunos invitan amablemente a «relajarse y disfrutar», mientras otros advierten con tono sombrío que «algunas cosas en este mundo nunca deben ser tocadas». Obaken es responsable también de otras atracciones de horror como una casa embrujada permanente en el mismo barrio y el famoso «taxi embrujado» de Tokio.

Este extraño concepto comercial prueba que en Japón han encontrado la forma de convertir incluso las experiencias más aterradoras en oportunidades para socializar con una taza de café en la mano.

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