En la última década, muchos estudiantes universitarios, incluso en instituciones de élite, parecen abrumados por la idea de leer varios libros por semestre, algo que nunca había sido tan problemático en el pasado.
Las conclusiones surgen de entrevistas de Nicholas Dames, profesor de Literatura en la Universidad de Columbia, con 33 profesores que acuerdan en el diagnóstico.
Este cambio se debe, en parte, a una preparación insuficiente en las escuelas secundarias. Dames menciona que algunos estudiantes llegan a la universidad sin haber leído un libro completo en la escuela, ya que en muchas instituciones educativas se han priorizado los extractos, los artículos y la poesía sobre la lectura de libros completos. Este enfoque ha sido impulsado por reformas educativas en Estados Unidos como No Child Left Behind y Common Core, que han enfatizado los textos informativos y las pruebas estandarizadas, lo que ha llevado a muchos maestros a abandonar la enseñanza de libros extensos. La llegada de los teléfonos inteligentes y la proliferación de distracciones digitales también ha contribuido a la incapacidad de los estudiantes para concentrarse en textos largos.
El artículo, publicado en The Atlantic, también destaca la preocupación por el impacto que esta tendencia tiene en la formación intelectual de los estudiantes. La lectura profunda, según estudios de la neurocientífica Maryanne Wolf, estimula el pensamiento crítico y la empatía, habilidades que se ven afectadas cuando los estudiantes se limitan a leer extractos o a participar en experiencias de lectura superficial. Los libros completos, según argumentan muchos académicos, permiten una comprensión más rica de la condición humana, un tipo de reflexión que no se logra con fragmentos cortos o lecturas simplificadas.
El problema central no es que los estudiantes no puedan decodificar palabras, sino más bien que les resulta difícil mantener la concentración y el compromiso necesarios para una lectura profunda. Darnes subraya la importancia de que los educadores se adapten al panorama evolutivo de los hábitos de lectura de los estudiantes, al tiempo que encuentran formas de fomentar el amor por la literatura y promover los beneficios cognitivos relacionados con la lectura profunda.