miércoles 16 de abril de 2025
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El nirvana de Kurt Cobain

Biografía del ícono del movimiento grunge

La música de los 90 no sería la misma si no hubiera existido Nirvana. “El Nirvana de Kurt Cobain” relata con espíritu grunge la historia del líder de la banda que cambió el rumbo de la música moderna.

Referente de toda una generación, la corta pero intensa vida de Kurt Cobain estuvo llena de pasiones, miedos, problemas con las drogas y una tormentosa relación con Courtney Love.
Esta biografía no solo sigue los pasos del ícono de la música desde su infancia hasta su trágico final, sino también su obra: los comienzos de Nirvana como parte de la movida de Seattle, el suceso de Nevermind y los viajes por el mundo.

Publicado originalmente en 1996 por Editorial Distal de Argentina, el libro está agotado desde hace más de 20 años y por eso ahora volvemos a editarlo como parte del Contenido Premium de Periodismo.com

Somos una familia muy normal

El 20 de febrero de 1967 el matrimonio formado por Donald Cobain y Wendy Fradenburg tuvo su primer hijo. Donald, de familia irlandesa, era mecánico en una estación de servicio y Wendy, descendiente de inmigrantes alemanes, ama de casa. La pareja alquilaba una casa en los alrededores de Hoquiam, una localidad situada en el noroeste de los Estados Unidos, a la orilla del Océano Pacífico. Allí, recibieron a Kurt Donald Cobain.

Kurt, hijo de Wendy y Donald, nació en Hoquiam, al noroeste de los Estados Unidos. Al poco tiempo, la familia se mudó a Aberdeen, cerca de Seattle.

Seis meses después, la joven familia se mudó a Aberdeen, a unos pocos kilómetros de allí y a 109 millas de Seattle, la mayor metrópolis y puerto del estado de Washington, conocida como “la puerta al Oriente” o “la puerta a Alaska”.

“No hay nada como tu primer hijo, nada”, dice. “Ningún chico nunca se le parece. Él me hacía sentir completa.”

Tres años después que Kurt, nacería la primera hija mujer de la pareja, Kim. Para esa época, Wendy ya gozaba de una espléndida relación y de una fuerte unión con su primogénito. “Mi madre fue siempre físicamente afectiva conmigo”, recordaría Kurt. “Siempre nos despedíamos con un beso y nos abrazábamos. Era realmente bueno. Me sorprendo de encontrarme que tantas familias no sean de esa manera. Esa fue una época bastante dichosa.” La explicación de su madre es más que lógica: “No hay nada como tu primer hijo, nada”, dice. “Ningún chico nunca se le parece. Él me hacía sentir completa.”

Kurt creció entonces como un chico alegre, vivaz y despierto. Wendy recuerda incluso haber llegado a sentirse un poco asustada “porque él tenía percepciones que yo nunca había visto que ningún niño tan chico tuviera.” No sólo ya había comenzado a mostrar cierto gusto por la música desde los dos años, sino que resultaba imposible mantenerlo quieto. Las preocupaciones de su madre tuvieron, como se vería, cierta justificación: para cuando tuvo siete años Kurt ya había sido diagnosticado como hiperactivo.

“Yo era un chico extremadamente alegre”, dice Kurt. “Estaba constantemente gritando y cantando. No sabía parar”.

“Él era tan entusiasta”, recuerda Wendy, “solía venir corriendo de su cuarto totalmente excitado de tener una nueva jomada por delante y no podía esperar a averiguar qué le iría a traer el nuevo día.”

“No hay nada como tu primer hijo, nada”, expresó Wendy, la madre de Kurt, quien también confesó que se asustó al notar en él percepciones que nunca había visto en otro niño.

“Yo era un chico extremadamente alegre”, dice Kurt. “Estaba constantemente gritando y cantando. No sabía parar. A veces incluso los otros chicos terminaban pegándome porque me excitaba tanto por querer jugar. Yo me tomaba el juego muy en serio. Simplemente era muy feliz”.

Para contrarrestar su hiperactividad a Kurt le dieron lo que se les solía dar a los chicos en esa época, una droga llamada Ritalin. Esta especie de estimulante le trajo ciertos efectos secundarios como el mantenerlo despierto hasta las cuatro de la mañana, haciéndolo tomar sedantes que lo hacían quedarse dormido en la escuela. La situación fue finalmente solucionada con una, nada agradable para un chico de su edad, dieta sin azúcar.

Durante la mayor parte de su vida, Kurt siempre tuvo algún problema de salud. Además de su hiperactividad, siempre sufrió de bronquitis crónica. Estando en octavo grado, por ejemplo, le diagnosticaron un caso menor de escoliosis, o curvatura de la espina dorsal que, con el paso del tiempo, fue acentuada por el peso de su guitarra.

Cuando tenía ocho años, el pequeño Kurt sufrió uno de los golpes más fuertes de su infancia, que lo marcaría para toda la vida: el divorcio de sus padres. Pese a que Don no estaba demasiado de acuerdo, Wendy insistió en la separación, cansada de que su marido nunca estuviese en la casa y prefiriese jugar al básquet o al baseball con sus amigos. Sus hijos parecen ser los que más sufrieron la decisión, convirtiéndose en inocentes trofeos de guerra de las batallas entre sus padres.

Kurt tomó muy duramente el divorcio y sus consecuencias. “Simplemente destruyó su vida”, dice Wendy. “Cambió completamente. Pienso que estaba avergonzado. Se volvió muy introspectivo, se lo guardaba todo. Se volvió realmente tímido”. Según ella, Kurt siguió sufriéndolo toda su vida.

En lugar del chico alegre que había sido hasta entonces,

Tres años después del nacimiento de Kurt, llegó Kim, su hermana, la segunda hija de Wendy y Donald.

Kurt “se tornó realmente hosco y malhumorado”, dice Wendy. En la pared de su dormitorio, Kurt escribió, “Odio a mamá, odio a papá, papá odia a mamá, mamá odia a papá, eso simplemente te hace querer estar triste”. Un poco más arriba dibujó unas caricaturas de sus padres, que aun hoy continúan en la pared de la casa en la que Wendy sigue viviendo, que decían “papá apesta” y “mamá apesta”. Abajo dibujó un cerebro con un gran signo de interrogación.

 

Cobain y la música

La música parece haber ingresado a la vida de Kurt Cobain desde sus primeros años de vida. La familia de su madre era la que manifestaba una mayor inclinación musical. El tío de Wendy había grabado algunos discos a finales de los ’40 bajo el seudónimo de Dale Arden y su hermano Chuck tocaba en una banda de rock ‘n roll. Mary, su otra hermana, tocaba la guitarra y se presentó en los bares de Aberdeen durante años, llegando incluso a grabar un sencillo de música country. También por parte de madre, Kurt tenía siete tíos y tías que se peleaban por cuidarlo. Estaba acostumbrado a ser el centro de la atención y le encantaba entretener a cualquiera que le prestase atención. Uno de sus discos favoritos era Alice’s restaurant de Arlo Guthrie y solía cantar su “Motorcycle song”: “I dont want a pickle /I just want to ride on my motorcycle / and I don’t want to die! (No quiero un pickle/ Sólo quiero andar en mi moto/ y no me quiero morir!).”

Su tía Mary le regaló unos discos de los Beatles y de los Monkees cuando Kurt tenía siete años. Ella solía invitarlo a su casa para ver los ensayos de su banda. Luego, trató incluso de enseñarle a tocar la guitarra, pero la hiperactividad de su sobrino y lo difícil que resultaba hacer que se quedara sentado y quieto, terminó por acabar con su paciencia. Poco tiempo después optó por cambiar de instrumento y regalarle un pequeño redoblante. Kurt solía colgárselo y salir por el barrio con un gorro de cazador y las zapatillas de su padre pegándole al tambor y cantando temas de los Beatles como Hey Jude o Revolution.

Kurt Cobain se definía a sí mismo como un chico «extremadamente alegre». Durante su infancia fue diagnosticado como «hiperactivo» y llegaron a tratarlo con una droga llamada Ritalin.

De todas maneras, hasta el tercer grado Kurt lo que quería era ser una estrella de rock. Solía poner los discos de los Beatles y hacer la mímica con una guitarra de plástico. Después, y por un largo tiempo, quiso ser doble de cine. “Me gustaba jugar afuera, atrapar víboras y saltar con mi bicicleta”, explicaba, “Evel Knievel era mi único ídolo”.

“Desde que tengo memoria, desde que era un chico”, dice Kurt, “Yo quería ser Ringo Starr. Quería ser John Lennon tocando la batería”.

A veces, Kurt solía visitar a su tío Chuck, que tocaba en una banda. Él había armado unos parlantes para un estudio que tenía en el sótano que eran tan grandes que no podía sacarlos del cuarto. Solía poner a Kurt en el sótano, darle un micrófono y dejar correr algo de cinta. Wendy todavía tiene un cassette que Kurt hizo cuando tenía cuatro años en el que canta y, cuando piensa que ya nadie lo está escuchando, empieza a decir malas palabras.

Ya que desde muy chico Kurt había tenido la manía de golpear las ollas y la vajilla de su casa en general, ese año sus padres le compraron una batería de juguete con la imagen de Mickey Mouse y le pagaron algunas lecciones. “Yo lo empujé un poco a la batería porque yo quise ser baterista”, admite Wendy, “pero mi madre pensó que era muy poco femenino y nunca me dejó tocar”. Todas las tardes, después de la escuela se dedicaba a su pequeña batería hasta que ésta terminó por romperse.

“Desde que tengo memoria, desde que era un chico”, dice Kurt, “Yo quería ser Ringo Starr. Quería ser John Lennon tocando la batería”. Kurt llegó a tocar en la banda de su escuela pero nunca aprendió a leer música. Simplemente esperaba a que el chico del asiento de adelante aprendiese la canción y copiaba lo que él hacía.

A partir de los 12 años, Kurt se volvió un chico más solitario, apasionado por la música.

A partir de los diez u once años Kurt comenzó a sentir que su afición por la música o el dibujo lo hacía diferente de los otros chicos en la escuela. “Para cuando tuve doce años ya estaba totalmente aislado.” Convencido de que nunca iba a encontrar a nadie como él, dejó de tratar de hacer amigos y se volvió un solitario.

Entretanto Kurt había empezado a descubrir otra clase de rock. Don se había convertido en un coleccionista de discos luego de que alguien lo había convencido de asociarse a un club de coleccionistas de discos y cassettes. Cada mes llegaban por correo discos de bandas como Aerosmith, Led Zeppelin, Black Sabbath y Kiss. Muchas veces Don ni siquiera los abría, pero luego de unos meses, Kurt comenzó a hacerlo.

Él había comenzado a juntarse con otro grupo de chicos. “Eran bastante más grandes que yo, ya debían estar en la secundaria”, recordaba Kurt. “Ellos fumaban marihuana y yo pensaba que eran más cool que los bobos que tenía por compañeros en el cuarto grado. Yo los dejaba venir a casa y comerse la comida con tal de tener amigos». Estos chicos pronto descubrieron la imponente colección de discos de Don e hicieron que Kurt pusiese algunos.

Para su cumpleaños número catorce Chuck le dio a elegir entre una bicicleta o una guitarra. Así, recibió una guitarra eléctrica de segunda mano que apenas sonaba, con un pequeño amplificador de 10 watts. Dejó la batería y tomó clases de guitarra por alrededor de una semana, justo lo suficiente para aprender a tocar “Back in Black” de AC/DC. “Eso es bastante parecido a los acordes de ‘Louie, Louie’“, pensó, “y eso es todo lo que necesitas saber”. Después de eso comenzó a escribir sus propias canciones. Su profesor de guitarra, Warren Mason (quien tocaba con Chuck en una banda) recuerda a Kurt como “un chico buenito y silencioso”. Pese a que Kurt siempre lo negó, Mason dice que él realmente quería aprender a tocar “Stairway to Heaven”.

“Yo pensaba, ¿cómo sería realmente el punk rock?, ¿qué es?, ¿cuán desagradable es? y trataba de tocar tan desagradablemente como podía”.

Kurt encontraba que Aberdeen era intimidante. Casi no tenía amigos y en la escuela no solía hablar con nadie. En cambio todas las tardes, cuando volvía a su casa, se ponía a tocar la guitarra hasta la hora de ir a la cama. A esa altura ya había aprendido a tocar “Back in black” y practicaba con otros temas, “My Best Friend’s Girl” de The Cars, “Another One Bite’s the Dust”, de Queen, y “Louie, Louie”.

A principios de 1980 cuando tenía 12 años, Kurt había visto, junto a un amigo, a los B-52’s en el programa de TV “Saturday Night Live”. Fascinados por la new wave, su amigo consiguió que sus padres le compraran unas zapatillas Vans cuadriculadas. Kurt, en cambio debió conformarse con dibujar un tablero de ajedrez en un par de zapatillas comunes.

Un poco antes de entrar al décimo grado, Kurt había empezado a seguir las hazañas de los Sex Pistols en la revista “Creem”. Aunque estaba fascinado con la idea del punk rock, tardó bastante tiempo en averiguar cómo sonaba porque la disquería de Aberdeen no tenía ningún disco de punk rock. Algunos años después, cuando finalmente consiguió un disco punk, “Sandinista”, de The Clash, tuvo una desilusión ya que no sonaba como él había pensado que el punk rock debería sonar.

Mientras tanto, solo en su cuarto, tocaba de la manera que pensaba que sonaría: “tres acordes y un montón de gritos”, diría. “Yo pensaba, ¿cómo sería realmente el punk rock?, ¿qué es?, ¿cuán desagradable es? y trataba de tocar tan desagradablemente como podía. Ponía mi pequeño amplificador de 10 watts tan fuerte como se podía. Yo no tenía ni la menor idea de lo que estaba haciendo.”

Lógicamente, ya estaba desesperado por dar el próximo paso y formar una banda. “Quería ver cómo era escribir una canción y ver como sonaba con todos los instrumentos al mismo tiempo”, decía Kurt. “Eso era todo lo que quería.”

Kurt is a punk rocker

“Cuando era mucho más joven, alrededor de los siete años, estaba seguro de que podía ser una estrella de rock.”, pensaba Kurt. “Estaba realmente metido con los Beatles y no podía comprender mi entorno, lo que estaba a mi alrededor, la clase de alienación que iba a sentir como teenager”.

“Pensaba que Aberdeen era como cualquier otra ciudad americana”, continuaba Cobain. “Pensaba que todas eran iguales, que todos se conocían y que no había tanta violencia como realmente había y que iba a ser fácil. Yo pensaba que los Estados Unidos eran tan grandes como el patio de atrás de mi casa, así que no iba a haber problema para agarrar un coche e ir por todos lados y tocar en una banda de rock y estar en la tapa de las revistas y esas cosas”.

“Era tan consciente de mí mismo en esa época”, decía, “tenía tan poca autoestima que ni siquiera podía pensar en ser una estrella de rock”.

“Pero después, cuando empecé a convertirme en este maníaco depresivo, a los nueve años, ya no lo veía de esa forma. Parecía tan irreal”.

Para el décimo grado, el joven Cobain ya había abandonado sus fantasías acerca de la fama. “Era tan consciente de mí mismo en esa época”, decía, “tenía tan poca autoestima que ni siquiera podía pensar en ser una estrella de rock. No podía imaginarme a mi mismo en televisión o haciendo entrevistas o nada de eso. Cosas como esas ni siquiera se me pasaban por la cabeza en esa época”.

Su primera oportunidad para concretar su pequeño sueño de estar en una verdadera banda fue cuando conoció, en la escuela, a dos chicos llamados Scott y Andy. Ellos tocaban bajo y guitarra y solían zapar en un depósito abandonado en un bosque en las afueras de la ciudad. Kurt fue una vez a tocar con ellos y, entre los tres, decidieron que iban a formar una banda. Al día siguiente iban a volver a encontrarse para empezar ensayar, así que ese día dejó allí su guitarra para no tener que volver a cargarla. La práctica comenzó a posponerse indeterminadamente y Kurt no podía recuperar su instrumento porque el lugar quedaba demasiado lejos y ni él tenía coche ni su madre podía o quería llevarlo. No le quedó otra que arreglarse con una guitarra para diestros (Kurt era zurdo) que le prestó un chico cuya madre había fallecido y estaba viviendo en lo de los Cobain. A la larga Kurt logró convencer a un amigo suyo de que lo llevara al bosque a buscar su guitarra. Cuando llegaron encontraron el instrumento hecho pedazos. Sólo logró rescatar el mango y parte de la electrónica, así que intentó hacerle un cuerpo nuevo en una maderera. Pese a su entusiasmo, Kurt no conocía cuales eran las proporciones correctas que se usaban en la construcción de guitarras, por lo que su creación jamás logró ser afinada.

“Estaba tan excitado de ver gente de mi edad en una banda. Era tan grandioso, yo pensaba, ¡Wow! estos tipos son tan afortunados”.

Algún tiempo después de aquella frustrada experiencia, llegaría otra oportunidad para acercarse al “mundo del rock”. Su padre, con quien en esa época vivía, insistía en que Kurt debía hacer deportes y logró convencerlo de entrar en una liga de baseball. El lugar le resultaba más bien odioso, pero solía sobrellevar su aburrimiento charlando con un chico a quien había conocido llamado Matt Lukin. Al igual que Kurt, Lukin detestaba el deporte pero era un fanático de la música, así que solían matar el tiempo conversando sobre Kiss y Cheap Trick. En realidad, ambos ya se habían conocido antes en una clase de electrónica en la Montesano High, una de las numerosas escuelas por las que Kurt había pasado y Lukin lo recuerda como “ese pequeño chico rebelde de cabellos grasientos”.

Lukin tocaba el bajo en una pequeña banda local llamada The Melvins, a quienes Kurt ya conocía y hasta incluso había llegado a verlos ensayar una noche durante el verano anterior al noveno grado. En esa época, cuando los Melvins todavía no se habían vuelto punks, los ensayos se hacían en el ático de la casa de alguno de los integrantes. El repertorio de la banda aún consistía principalmente en covers de Jimi Hendrix, especie de prócer en Seattle, su ciudad natal, y de The Who.

La experiencia tampoco resultó ser muy satisfactoria. Aquella era la primera vez que Kurt veía de cerca una verdadera banda de rock y estaba terriblemente excitado. “Había estado tomando vino toda la noche y estaba realmente borracho y molesto y recuerdo que estuve haciéndoles un millón de cumplidos”, contó Kurt. “Estaba tan excitado de ver gente de mi edad en una banda. Era tan grandioso, yo pensaba, ¡Wow! estos tipos son tan afortunados”. Sin embargo los miembros de la banda terminaron por disgustarse bastante con ese pendejo borracho a quien nadie conocía y que no dejaba de chuparles las medias y adularlos, así que echaron a Kurt quien, totalmente ebrio, terminó cayéndose por las escaleras del ático.

Fue poco tiempo más tarde cuando Kurt logró comprarse su primer amplificador. Pat O’Connor, el nuevo marido de su madre había salido una noche y había vuelto borracho a las siete de la mañana siguiente. Wendy se fue furiosa a su trabajo en un negocio donde, más tarde ese día un par de tipos del pueblo entraron a la tienda para provocarla preguntándole si sabía dónde había estado Pat la noche anterior. Wendy se puso tan loca que salió y se emborrachó con un amigo suyo para luego volver a la casa y comenzar a pelearse con su esposo. Enfrente de los dos chicos, agarró una de las muchas armas que él tenía guardadas en un placard y amenazó con dispararle. Por suerte para Pat, la furia de su mujer le impidió encontrar la forma de cargar el arma. Después de aquel violento episodio, Wendy decidió evitar mayores desastres y agarró todas las pistolas, rifles y revólveres antiguos que había en la casa y las arrastró por un callejón, con Kim cargando un gran paquete de balas, para arrojarlas al río Wishkah. Kurt había visto todo desde la ventana de su cuarto y encontró la forma de sacarle ventaja a la disputa familiar. Más tarde aquel día, fue y le pagó a dos chicos para que pescaran tantas armas como pudiesen. Luego las vendió y así fue como consiguió el dinero necesario para la compra del amplificador.

“Estoy realmente contento de haber podido encontrar el punk rock”, reflexionaría años después. “Era realmente un regalo del cielo.”

A Kurt le encantaba cuando la familia se iba de compras porque significaba que podía darle tranquilo a la guitarra con todo el volumen que quisiese sin que los vecinos pudiesen quejarse a sus padres. “Volvíamos a casa deseando que quedara alguna ventana sana”, dice Wendy. Y aunque nadie lo sabía él también cantaba. “Un día”, cuenta Wendy, “Pat y yo lo escuchamos. Estaba cantando muy bajito, no quería que lo escuchásemos. Apoyamos la oreja contra la puerta, nos miramos y dijimos, mejor que se dedique a la guitarra.” Kurt trató de hacer que algunos amigos suyos tocasen con él, pero ninguno parecía tener algún talento para la música. Además, era muy mandón y solía criticar duramente y de frente todo aquello que no lo satisfacía y no era tal como él pensaba que debía ser.

Kurt, mientras tanto, habría de conocer a otro fanático de la música como él llamado Dale Crover. Crover solía zapar con Robert Novoselic, hermano menor de Chris Novoselic, así que cuando los Melvins necesitaron un nuevo baterista, Chris sugirió a Crover, quien fue finalmente aceptado. Kurt había dejado de estar en contacto con la banda y sus seguidores desde aquel incidente en el ensayo, pero ahora, siendo amigo de Crover, logró acercarse una vez más a ellos. Llegó incluso a probarse para entrar a la banda, pero no le fue nada bien. “Estaba tan nervioso que me olvidé todas las canciones.”, recordaba Kurt. “No podía literalmente tocar una nota. Sólo me quede ahí parado con mi guitarra, haciendo acoples, colorado de vergüenza.”

De todas maneras, siguió frecuentando a los Melvins y a su líder Buzz Osborne, quien terminó de acercar a Kurt al punk rock. Fue principalmente con unos cassettes que le grabara con compilados de bandas del sur de California como Black Flag, Flipper y MDC. “Era como escuchar algo de otro planeta. Me tomó un par de días aceptarlo”, decía Kurt acerca de “Damaged II”, el tema de Black Flag que abría el cassette. “Estoy realmente contento de haber podido encontrar el punk rock”, reflexionaría años después. “Era realmente un regalo del cielo.”

la primera vez que Kurt se presentó en vivo con una banda propia estaba excesivamente nervioso. “Tuve que emborracharme”, dijo, “estaba ebrio de vino”.

Ya convertido en un punk rocker, Kurt acabó por formar un trío junto con Dave Crover en bajo y Greg Hokanson en batería y empezar a ensayar algunas de sus propias canciones. La banda se llamaba Fecal Matter (Materia fecal) y llegaron incluso a tocar alguna vez como soporte de los Melvins. Pero el proyecto no duró demasiado ya que, al poco tiempo, Hokanson dejó la banda. Aun así, Kurt y Crover continuaron por su cuenta dedicándose a ensayar aquel material con vistas a grabar un demo en el grabador de cuatro pistas que la tía Mary tenía en su casa de Seattle.

La primera vez que Kurt se presentó con una banda propia frente a una audiencia fue con Dale Crover en bombo, redoblante y platillos y Buzz Osbome en bajo. El trío originalmente se llamó Brown Towel (Toalla marrón), pero un error de ortografía en los afiches de publicidad para su presentación en el GESCO Hall, una sala de conciertos en Olympia, los convirtió en Brown Cow (vaca marrón). En esa formación, él principalmente rapeaba sus propias poesías sobre una base de heavy rock improvisada. Kurt estaba excesivamente nervioso. “Tuve que emborracharme”, dijo, “estaba ebrio de vino”.

Chris Novoselic también había tenido, aunque fugazmente una banda con Buzz Osbome y Mike Dillard, en la que Chris tocaba la guitarra, Osbome el bajo y Dillard la batería. Chris solía tocar una versión punk de “Sunshine of your love”, el clásico de Cream, con algunos miembros de los Melvins como acto soporte de un recital de los propios Melvins y de Metal Church en el D&R Theater de Aberdeen. Chris fue, entonces, el cantante de los Stiff Woodies, un proyecto satélite de los integrantes de los Melvins cuya rotativa formación incluía la participación de Osbome, Crover, Lukin, un tipo llamado Gary Colé y otros, incluyendo al baterista Kurt Cobain (“sonábamos como los Butthole Surfers”, diría Kurt). “Chris era un líder bastante extravagante”, recuerda Crover, “usaba un largo chaleco con flecos violeta; era graciosísimo”, dice. Los Stiff Woodies tocaron en un par de fiestas antes de seguir el mismo destino que usualmente tienen todos los proyectos de este tipo, aunque se dice que en ello también tuvo bastante que ver el pobre talento de Chris como cantante.

Una noche, los Melvins consiguieron un contrato para tocar en una fiesta donde cobraban la, para ellos, millonaria suma de 80 dólares. Chris y su amigo Kurt vieron entonces la oportunidad de sus vidas en una veta en la que jamás habían pensado y armaron una banda para tocar covers de Creedence Clearwater Revival bautizada The Sellouts. Pensaron que, haciendo country rock al estilo Creedence el éxito en la zona rural de Aberdeen estaba asegurado. La banda estaba formada por Kurt en batería, Chris en guitarra y un tipo llamado Steve Neuman en bajo. Practicaban en la casa de Chris y su novia Shelli, pero sólo duraron cinco o seis ensayos. Se separaron luego de que Kurt y Neuman tuviesen una gran pelea un día en lo de Chris y Shelli, en la que aquel trató de atacar a Kurt con una aspiradora a raíz de una discusión surgida mientras estaban tirados tomando cerveza. Años más tarde, Neuman terminaría por perder sus dedos en un accidente mientras hachaba un árbol.

El surgimiento de Nirvana

Luego de todo aquel caótico desfile de bandas, lo que Kurt quería era, a toda costa, armar una banda con su amigo Chris. Éste, sin embargo, no parecía ya tener ningún interés. Kurt trataba de convencerlo por cualquier medio. Le había dado una copia de la cinta de Fecal Matter a modo de insinuación, pero Chris nunca dijo nada al respecto. Kurt incluso llegó a prestarle su amplificador durante una semana y media para tratar de entusiasmarlo. Pero Chris hacía caso omiso de las indirectas de Kurt e incluso lo hizo ir hasta su casa a retirar el amplificador. “Sonaba realmente lindo”, dice Chris, “pero decidí devolvérselo”.

Kurt Cobain junto a su amigo, Chris Novoselic

Recién un año después de la grabación del demo y tres años después de que ambos se hubiesen conocido, Chris llegó a prestar atención a la idea de Kurt, “Finalmente escuché ese cassette que grabaste. Es bastante bueno. Deberíamos armar una banda”. Kurt y Chris en guitarra y bajo respectivamente empezaron a ensayar con un tipo llamado Bob Mc Faddeen que tenía una batería. Kurt tenía una guitarra y un amplificador Peavey. Chris había tenido un amplificador pero tuvo que dárselo a Matt Lukin a modo de recompensa por haberlo sacado de la cárcel después de una pelea en un estacionamiento en el drugstore de Aberdeen. Como amplificación usaban otro amplificador de guitarra y un micrófono barato y destrozado que apenas funcionaba. Desafortunadamente, una banda ensayando en Aberdeen siempre era algo atractivo y las noticias corrían rápido entre los rockeros del pueblo. El lugar pronto se convirtió en un sitio de reunión tal como lo eran los ensayos de los Melvins así que eventualmente Chris tuvo que poner un cartel en la puerta para avisarle a la gente que eso no era un club social y que se fuesen porque querían ensayar.

La banda llegó a armar algo de material, pero por alguna razón no demasiado clara, el proyecto fue dejado de lado después de un mes y cada uno de los tres siguió su propio camino. Chris, por ejemplo, decidió irse con su novia Shelli a buscar trabajo a Arizona.

Durante el invierno de 1987, Chris y Kurt encontraron un nuevo baterista. Su nombre era Aaron Burckhard y era uno de los tipos que solían darse cita en los ensayos y que a veces tocaba un poco en la batería de Dale Cover durante los descansos. Era un personaje más bien problemático pero era el único tipo que pudieron encontrar en Aberdeen que supiera tocar la batería, así que tuvieron que enrolarlo. Como no había logrado comprarse un instrumento decente, la solución fue armar uno con tambores viejos que él tenía, algunas partes de la batería de Crover y otros elementos sustitutos que encontraron por ahí y sirvieron para salir del apuro.

Kurt realmente podía cantar y los temas que tenían no eran tan malos y sonaban aún mejor. Además, el show había resultado bastante entretenido.

En tres meses consiguieron armar alrededor de doce canciones nuevas, entre ellas “HairSpray Queen”, “Spank Thru”, “Anorexorcist”, “Raunchola”, “Aero Zeppelin”, “Beeswax” y “Floy the Barber”. También hacían algunos covers de otras bandas: Una versión de un tema de una banda holandesa de los ’70 llamada Shocking Blue que trajo Chris y que Kurt modificó bastante, especialmente la letra, llamada “Love Buzz”, un cover del tema “White lace and Strange”, de una banda de los ’60 bastante desconocida llamada Thunder and Roses, “Sex Bomb”, de Flipper y “Gypsies, Tramps, and Thieves”, de Cher, esta vez con la voz de Chris.

El primer show en el que de hecho llegaron a tocar fue poco tiempo después en una fiesta en los alrededores de Raymond, un pequeño pueblo cercano a Aberdeen, donde iban a ser teloneros de una banda de Heavy Metal. Según Burckhard los dueños de casa eran “unos yuppies de clase alta”, y, al igual que la mayoría de los invitados, estaban realmente sorprendidos de que la banda no tocara covers ni ningún tema conocido. “No sabían que pensar”, recuerda Chris. El hecho es que había bastante cerveza de la buena, y el show se convirtió en su propia fiesta personal. Burckhard recuerda que “Chris terminó tirándose a través de la ventana para volver a entrar corriendo por la puerta principal una y otra vez. Tenía una sangre falsa de vampiro y andaba haciéndose el tonto con eso, pero era divertido”. “Teníamos a todo el mundo tan horrorizado que estaban en la cocina escondiéndose de nosotros”, recordaría Kurt. “Teníamos el control de todo el living y del resto de la casa. Por supuesto que, para el final de la noche, todas las chicas de la fiesta habían intentado convencer a sus novios de que deberían darnos una golpiza. No nos pegaron, pero nos hicieron saber que no éramos bienvenidos: ‘Chicos: es hora de que guarden sus cosas y se vayan’“.

A poco de aquella memorable noche lograron empezar a tocar con cierta regularidad. Su siguiente recital fue en el GESCO Hall de Olympia delante de una audiencia bastante escasa pero con una buena respuesta hacia la propuesta de la banda. De allí pasaron al Community World Theater de la vecina ciudad de Tacoma, un lugar donde además de los Melvins solían tocar algunas bandas punks como Circle Jerks, cuando alguna gira los llevaba por la ciudad. A este punto se dieron cuenta de que la banda aún no tenía nombre y que ya estaban necesitando uno, por lo menos para poner en las marquesinas de los lugares donde tocaban o por si surgía la posibilidad de una mínima publicidad. Así fue que Cobain se apareció con el nombre Skid Row.

Aquella noche en Tacoma terminó por resultar bastante mejor de lo que todos esperaban, aunque nadie parecía tener demasiadas expectativas respecto de la banda. Pese a todo habían logrado convencer a un considerable grupo de amigos para que los siguieran hasta el show, quienes terminaron por llevarse una grata sorpresa: Kurt realmente podía cantar y los temas que tenían no eran tan malos y sonaban aún mejor. Además, el show había resultado bastante entretenido.

“Yo quería un nombre que fuera, de alguna manera, más bello o lindo y agradable, en vez de esos agresivos y malvados nombres para bandas de punk rock como ‘Angry Samoans’”; diría Kurt.

Luego de tamaña revelación, la banda había logrado hacerse de su propio pequeño grupo de seguidores que los acompañaron en su próxima cita. A raíz de sus repetidas visitas a la ciudad de Olympia como seguidor de los Melvins, Kurt había logrado hacerse de algunos amigos en la zona. Entre ellos estaba un Dj de “KAOS” la estación de radio local que funcionaba en el Evergreen State College. Allí se presentaron en abril de 1987 y tocaron algunos temas que luego integrarían el repertorio del primer disco de Nirvana, como “Love Buzz”, “Floyd the Barber”, “Downer”, “Mexican Seafood”, “SpankThru” y “Hairspray Queen”. Las versiones que tocaron en esa ocasión resultaron bastante buenas y la emisión había sido grabada, por lo que de allí salió el primer y único demo de Skid Row.

El nombre de la banda sufriría luego bastantes cambios antes de conseguir uno definitivo. Ted Ed Fred, Bliss, Throat Oyster, Pen Cap Chew y Windowpane, fueron algunas de las opciones que llegaron a utilizar. “Yo quería un nombre que fuera, de alguna manera, más bello o lindo y agradable, en vez de esos agresivos y malvados nombres para bandas de punk rock como ‘Angry Samoans’“; diría Kurt. “Yo quería tener algo diferente.” Desde entonces, la banda de Kurt y Chris, se llama Nirvana.

Cobain y Novoselic junto a Chad Channing, uno de los tantos bateristas que pasó por Nirvana

Pese a que casi no salía de la casa, Kurt se había vuelto algo famoso en la ciudad. Solía, pese a sus costumbres, aparecer en fiestas a las que sus amigos lo llevaban, y quedarse sentado en algún lugar sonriendo a todo el mundo, con aspecto de ermitaño misterioso. Aprovechando el ambiente universitario y tolerante de Olympia, se había dejado el pelo largo y había vuelto a dedicarse a su actividad como artista.

En el plano musical la actividad de Nirvana transcurría con cierta normalidad. Aaron Buckhard finalmente dejó la banda luego de las crecientes diferencias con Chris y Kurt. No solo seguía aún sin cumplir su promesa de comprarse una batería decente, sino que cada vez era más común que faltase a los ensayos. El prefería salir a divertirse con sus amigos, “Querían practicar todas las noches”, diría Burckhard. “¡Todas las noches!. Yo les pedí que aflojaran un poco. No me presenté a los ensayos un par de veces y ellos se enojaron bastante”. Así que, una vez más, el lugar de la batería pasó a ser ocupado por Dale Crover.

 

El Reciprocal Studio

El 23 de enero de 1988, y después de practicar durante tres fines de semana con Dale Crover como baterista invitado, Nirvana entró a los Reciprocal Studios de Seattle, propiedad de Jack Endino, a registrar su primer demo. Antes lo habían intentado en el living de la casa de Kurt con portaestudios y grabadores de cinta abierta pero los resultados no conformaban a la banda, por lo que decidieron pagar los 154 dólares que costaba el alquiler del estudio, uno de los más baratos de la ciudad y también uno de los más concurridos. Allí, Soundgarden una de las bandas favoritas de Kurt, acababa de registrar para Sub Pop Records su EP “Screaming Life” y ésa fue otra de las razones que llevaron a Nirvana a elegir ese estudio.

“Después de que el demo estuvo grabado nos dimos cuenta de que realmente sonaba bien y que había algo especial en él, así que nos lo empezamos a tomar más en serio”, cuenta Kurt.

Aunque Endino nunca se ocupaba personalmente de las bandas que grababan en su estudio, y a pesar de que nunca antes había producido a ningún grupo, en el caso de Nirvana aceptó hacerse cargo él mismo de la grabación y la mezcla, quizás gracias a la presencia de Crover, que ya tenía ganada una buena reputación como baterista.

Esa tarde Nirvana grabó diez canciones en seis horas, en general tocándolas en vivo y en tan sólo una o dos tomas cada una. Las voces de Kurt se metieron en todos los casos en una sola toma, y una vez terminada la grabación, Endino en persona se dedicó a mezclar la cinta durante la noche. La mayoría de los temas que Nirvana eligió para su demo fueron más tarde editados en otros discos: “Floyd The Barber”, “Paper Cuts” y “Downer” aparecen en Bleach, “Spank Thru” se regrabó para un compilado llamado Sub Pop 200, y “Beeswax”, “Mexican Seafood”, “Hairspray Queen” y “Aero Zeppelin” se editaron en Insecticide.

Jack Endino en la puerta de su estudio Reciprocal Recording, donde Nirvana grabó su primer demo

“Después de que el demo estuvo grabado nos dimos cuenta de que realmente sonaba bien y que había algo especial en él, así que nos lo empezamos a tomar más en serio”, cuenta Kurt.

Lo mismo parece haber pensado Endino, que a esa altura, y después de ver pasar docenas de nuevas bandas por sus oficinas, ya se había transformado en algo así como “El Padrino” de la escena subterránea de Seattle, reconociendo en una primera audición lo que podía ser el germen de un buen producto. Y exactamente eso fue lo que sintió al terminar la mezcla del demo de Nirvana: la banda tenía potencial, solo le faltaba tiempo.

SubPop

Endino se encontraba muy ligado, gracias a su relación con las nuevas bandas de la ciudad, a una joven discográfica que empezaba a crecer como portavoz del sonido alternativo de Seattle. Se trataba de Sub Pop Records, una creación de Bruce Pavitt y Jonathan Poneman que había nacido como continuación “comercial” de un fanzine editado por el dúo entre el 79 y el 83, con el nombre de “Subterranean Pop”.

Hasta ese momento la escena de Seattle había sido promovida por el sello independiente C/Z, pero cuando Sub Pop aparece, el mercado se revoluciona. Sub Pop comienza a editar a una serie de bandas por medio de simples y compilados que empiezan a marcar la línea de lo que más tarde sería bautizado como movimiento grunge.

Por eso, apenas terminado el demo de Nirvana, Endino se lo hace escuchar a jonathan Poneman, que también queda flasheado con el sonido de la banda, y más que nada con la voz de Kurt Cobain.

La mayor parte de estos grupos habían pasado antes por el Reciprocal de Jack Endino, por lo que se termina transformando en el estudio oficial de Sub Pop y él en el productor artístico del sello.

Por eso, apenas terminado el demo de Nirvana, Endino se lo hace escuchar a Poneman, que también queda flasheado con el sonido de la banda, y más que nada con la voz de Kurt Cobain. Entre los dos comienzan a distribuir copias de la cinta y Poneman acompaña cada entrega con la frase: “Si alguien quiere hacerse rico, esta banda está buscando un baterista”.

Sin saberlo Cobain hace exactamente lo mismo. Docenas de discográficas independientes y radios universitarias empiezan a recibir copias del demo, mientras que Kurt y Chris siguen buscando un tercer integrante para su grupo.

Cobain junto a Jonathan Poneman, uno de los fundadores de Sub Pop Records, distribuidora del primer demo de Nirvana

Al día siguiente, en el Rocket, aparece el siguiente aviso: “Heavy, banda de punk-rock light: Aerosmith, Led Zepellin, Black Sabath, Blak Flag, Scratch Acid, Buthole Surfers. Se busca baterista. 352-0992. Kurt”.

Aunque se presenta mucha gente, Kurt y Chris deciden quedarse con Chad Channing, un baterista amigo de un amigo de ambos que ya habían visto tocar el año anterior cuando formaba parte de los Tic-Dolly Row, una banda que había compartido escenario con Nirvana cuando todavía se llamaban Bliss. Chad era un tipo bastante parecido a Kurt en lo que a personalidad y biografía se refiere, por eso el entendimiento fue instantáneo.

Love Buzz

Aunque Kurt había mandado el demo a muchísima gente, no se le había ocurrido llevar uno a Sub Pop, por eso cuando recibió el llamado de Poneman quedó bastante sorprendido. La compañía no solía firmar contratos con sus artistas, sino que les producía la grabación de un simple como prueba para las reacciones del público. Esa fue la propuesta que recibió Nirvana y que, obviamente, aceptaron gustosos.

El 11 de junio de 1988 fue el día fijado para la sesión de grabación de lo que sería el primer single. Grabaron cinco horas y aprovecharon para registrar “Love Buzz”, “Big Cheese”, “Spank Thru”, y “Blandest”. Para Kurt sonaba demasiado light, limpio y con poca potencia, quizás por culpa de Chad que no había tenido demasiado tiempo para ponerse a tono con el sonido de Nirvana. A pesar de eso el resultado final conformó a Pavitt, Poneman y Endino, pero el simple quedó olvidado en un cajón durante mucho tiempo. Sub Pop estaba en plena expansión, inaugurando una oficina en Londres y preparando un compilado para festejarlo.

Cuando Cobain, cansado de esperar la edición del single decide volver a salir a recorrer discográficas, Nirvana es nuevamente convocada para mezclar un tema para el compilado Sub Pop 200, una edición especial de 3 EP más un libro de 16 páginas que incluía a todos los artistas de la compañía: Soundgarden, Tad, Mudhoney y, obviamente, Nirvana. Eligen «Spank Thru» y nuevamente tienen que sentarse a esperar, ya que la edición de este disco también comienza a retrasarse.

De repente, en noviembre del 88, Sub Pop decide cambiar su estrategia de ventas y elige el simple de Nirvana para presentar la colección Sub Pop Singles Club. El sello había ideado un sistema gracias al cual se aseguraba una venta mínima de ejemplares de cada nuevo single que saliera a la calle. Era algo así como un “club de oyentes de Sub Pop”, donde los asociados recibían por correo los últimos lanzamientos de la discográfica, en general singles de edición limitada, de contenido o formato exclusivo para los abonados al club y que por esa razón podían cobrar a precios exorbitantes, que los suscriptores pagaban por adelantado.

Del simple “Love Buzz” se hicieron mil copias cuya numeración está hecha a mano y la edición se agotó rápidamente, convirtiéndose en un objeto de colección que día a día va acrecentando su valor. “Love Buzz” era un tema de una banda holandesa llamada Shoking Blue que en su versión original destilaba un sonido pop que Nirvana se encargó de ocultar detrás de una cortina de acoples. Del otro lado la canción “Big Cheese” (Gran Queso) mostraba una creación de Nirvana, pero que no terminaba de conformar a la banda.

A pesar de eso la revista inglesa Melody Maker eligió con estas palabras a Love Buzz como single de la semana: “Nirvana son la belleza encarnada. Un imparable ritmo, dos acordes, late bajo el dolor que va proporcionando una guitarra puramente monstruosa, forzada a aullar todo el tiempo. El control de volumen no ha sido fabricado para hacer justicia a este trío, ¿qué está ocurriendo por ahí abajo?”

En Londres ya empezaba a hablarse de “movida de Seattle” y por eso los Nirvana se transforman en la atracción del momento.

Gracias a este buen recibimiento y a sus padrinos espirituales, los Sonic Youth, Nirvana viaja a Inglaterra donde realizan una gira con excelente respuesta de público y crítica. En Londres ya empezaba a hablarse de “movida de Seattle” y por eso los Nirvana se transforman en la atracción del momento.

De regreso a Seattle, alguien le dijo a Kurt que su simple estaba siendo pasado todo el tiempo por una radio. “Fue asombroso”, dijo Kurt. “Nunca pensé que llegaría ese momento. Supuse que todo era estar en una banda, y quizás grabar un demo, pero que lo pasen en la radio fue demasiado. A partir de eso fue la fama más allá de nuestros sueños. Más de lo que jamás hubiese pedido imaginar. Pero una vez que le tomé el gusto, pensé que era cool y que con el tiempo me gustaría escuchar mis viejas grabaciones en la radio. O que podría pagar el alquiler con esta banda. Nos hizo pasar a otro nivel de la realidad. Un nivel en el que podíamos vivir de esto. Ese sería el resto de nuestra vida: estar en la banda, estar de gira o tocar en boliches y escuchar mis canciones de vez en cuando en la radio. Eso era todo. Nunca esperé más que eso”.

Bleach

Por esa época (diciembre de 1988) la discográfica lanzó finalmente su compilación Sub Pop 200 y al escucharla los Nirvana se convencieron de que estaban tomando el camino correcto. La buena repercusión de su tema los impulsó a preparar el primer larga duración, pero Sub Pop no estaba acostumbrado a editar nada más que un simple de cada banda, ya que en general los grupos desaparecían antes de llegar al L.P. o no conseguían la respuesta suficiente. Por otra parte, Poneman y Pavitt habían invertido sus últimos dólares en la edición del compilado por lo que, si querían grabar, iba a tener que esperar al menos medio año más.

“Nos tomamos la grabación de ‘Bleach’ como si fuera una sesión para un programa de radio. La clave para que un álbum tenga éxito consiste en aprovechar al máximo el estudio antes de que termines harto de las canciones” (Kurt).

Eso no impidió que Nirvana empezara a ensayar intensamente para la preparación del nuevo álbum, y a pesar de que sabían que Sub Pop tenía problemas de efectivo, siguieron adelante y reservaron turno para la grabación de un álbum en los Reciprocal Studios.

Finalmente, la Nochebuena de 1988 empezaron a trabajar en lo que sería Bleach, grabando cinco horas de tracks básicos. El 29 grabaron cinco temas y el 24 de enero de 1989 lo terminaron, con un total de 30 horas de grabación que costaron, según consta en la tapa del disco, 600 dólares con 17 centavos.

Nirvana tras la grabación de Bleach: Kurt Cobain, Chad Channing, Jason Everman y Chris Novoselic.

“Nos tomamos la grabación de ‘Bleach’ como si fuera una sesión para un programa de radio. La clave para que un álbum tenga éxito consiste en aprovechar al máximo el estudio antes de que termines harto de las canciones” (Kurt).

A la hora de pagar a Endino por el alquiler, ni los integrantes de la banda ni Sub Pop contaban con el dinero suficiente, por lo que tuvieron que recurrir a Jason Everman, que era un amigo de la infancia de Chad y que había juntado mucha plata trabajando como vendedor de pescado en Alaska, por lo que prestarle 600 dólares a su amigo no era demasiado. Además, el demo de Nirvana había sido su única compañía en las frías noches de Alaska y era una manera de agradecerles.

Todas las letras del disco fueron compuestas por Kurt Cobain, y la mayoría de ellas fueron hechas la noche anterior al último día de grabación. Todas las canciones de Bleach tienen solamente un verso. «School» por ejemplo tiene solo quince palabras, y para esto también hay una explicación. “Decidí escribir canciones cuyas letras fueran fáciles de recordar, así no podía equivocarme cuando las cantara en los shows.”

Años más tarde, hablando de las letras de sus temas, Cobain diría: “Cuando escribo una canción las letras son lo menos importante. Puedo referirme a dos o tres temas diferentes en la misma canción e incluso pueden no tener nada que ver con el título, que a su vez no significa nada”, aunque cuando Bleach salió a la calle, y a la hora de dar explicaciones Cobain parecía encontrarlas fácilmente: “Las canciones de nuestro primer disco trataban sobre los conflictos entre las relaciones, de relaciones emocionales con otros seres humanos”, dijo en un reportaje de la época y en otro agregó: “A veces cuando escribo intento hacerlo aún más difícil, trato de sentirme más enojado conmigo mismo sólo para que emerjan algunas de esas cosas que yacen en tu subconsciente, los conflictos que tienes con otras personas o cosas así. La mayoría de las letras de nuestro primer disco tan sólo tratan sobre la vida en Aberdeen”.

En febrero de ese año, con el disco ya terminado pero todavía inédito, Nirvana planea una pequeña gira por la costa oeste. Kurt no era todavía muy experto en tocar y cantar a la vez (y sobre todo en recordar las letras). Por eso le mencionó a Jason Everman que estaban buscando una segunda guitarra para que los acompañe en el viaje, le facilite un poco el trabajo sobre el escenario y para hacer el sonido un poco más denso. “Básicamente estábamos listos para tomar a cualquiera que supiera tocar bien la guitarra. Jason mencionó que él sabía algo del tema, hizo una audición y listo. Parecía un buen tipo y tenía el pelo típico de Sub Pop”, bromea Kurt recordando ese momento. Jason también venía de un hogar destruido de Aberdeen por lo que encajaba justo con la personalidad de la banda.

Aunque Jason se unió a Nirvana cuando la grabación de Bleach ya estaba terminada, aparece en los créditos.

…y después

A nivel musical, el álbum no sonaba tan genial como la banda había esperado, y para Kurt y Chris la causa era el sonido de la batería que no terminaba de ajustarse al resto del grupo. A pesar de eso, los medios de Inglaterra y Estados Unidos no parecían coincidir con la opinión de los músicos, colocando a Bleach, en la mayoría de los casos, como el “hallazgo” del momento, o como el “disco alternativo de la semana”. Para ellos la batería no era nada fuera de lo común comparado con los alaridos de Cobain en la mayoría de las canciones.

“Puede que Estados Unidos sea la tierra de la libertad, pero es seguro que aquí tenemos muchos ignorantes. La mayoría de la población es semi-idiota”, declaró Novoselic antes de salir a tocar en un teatro semivacío de Nueva York.

“Bleach es un genuino ejercicio de calor rockero, basado en Sabath, Blue Cheer y los ‘garage punks’ de los sesenta. Todas las canciones han sido compuestas por el cantante y guitarrista Kurt Cobain, un híbrido facial entre Charles Manson y Axl Rose, y vocalmente, un Lemmy después de unas desastrosas clases de dicción…”, publicó la revista Sounds el 19 de agosto del 89, mientras que para la Melody Maker lo más rescatable del LP fue el bajo de Novoselic: “Aunque su sonido está esencialmente basado en las guitarras, y el guitarrista, compositor y cantante, Kurt Cobain, es el motor del grupo, muchas emociones residen en el bajo de Chris Novoselic. Durante los primeros segundos de ‘Blew’, el corte que abre el disco, es lo único que se oye, cerca de 30 tirones comprimidos en un malvado gruñido. Los demás instrumentos se estrangulan intentándolo seguir”.

Para promocionar el álbum, Nirvana parte a su primera gira por la costa oeste de los Estados Unidos, realizando una serie de shows donde comparten cartel con otras bandas de Sub Pop. Contrariamente a lo que había ocurrido en su viaje a Londres, en EE.UU. la gira no despertó demasiado interés en el público lo que provocó la ira de la banda. “Puede que Estados Unidos sea la tierra de la libertad, pero es seguro que aquí tenemos muchos ignorantes. La mayoría de la población es semi-idiota”, declaró Novoselic antes de salir a tocar en un teatro semivacío de Nueva York. La prensa comenzaba a prestarles un poco más de atención (al menos más que al resto de las bandas de la gira) en parte por este tipo de declaraciones algo subidas de tono y además por la costumbre de terminar todos y cada uno de los shows destruyendo equipos, instrumentos y todo aquello que pudiera cruzarse durante la actuación.

La banda había empezado a romper sus instrumentos unos meses antes de la gira. Si era un mal show se enojaban y aplastaban todo. Si era uno bueno aplastaban todo porque sí. Todo empezó el 30 de octubre de 1988 en un show en el Evergreen State College y Chris Novoselic lo recuerda como si fuera hoy: “Parecía que el show no podía terminar sin que nosotros hiciéramos algo espectacular o sensacional. Algo fuera de lo común. No importaba lo bien o mal que habíamos tocado, no podíamos bajarnos del escenario así no más. Después se volvió adictivo”.

Al principio Nirvana estaba programado como penúltimo número, pero promediando la gira los organizadores empezaron a colocarlos como número de cierre, ya que después que Cobain subía al escenario nadie más podía presentarse.

“Es una sensación muy agradable. Es algo que conviene hacer al menos un par de veces por semana. Parece que se está convirtiendo en algo normal en nuestras actuaciones. Cuanta más gente tienes delante chillándote, más ganas te entran de destrozar algo. No es algo calculado, no destruimos el equipo a propósito, ni estamos intentando impresionar a nadie”, declararía Novoselic.

Las actuaciones comenzaban a hacerse cada vez más caóticas, cosa que empezó a asustar un poco a Jason. El resto del grupo no está demasiado conforme con el sonido y se convencen que es culpa del nuevo guitarrista. Jason se consideraba un cantautor y quería tener más influencia en la banda, lo que molestaba un poco a Kurt.

Cuando la situación se convierte en algo insostenible, Jason Everman decide abandonar el grupo después de un show incontrolable durante el “New Music Seminar”, en eEPyramid Club. Nirvana, entonces, opta por suspender el resto de las actuaciones y volver de Nueva York a Seattle, en un viaje de 50 horas, a replantear su propio futuro.

Jason nunca recuperó los 600 dólares que prestó para hacer Bleach. Kurt alegó que fueron como una compensación por “daños mentales”.

 

Crecer de golpe

De vuelta a casa, Nirvana decidió que necesitaba un contrato con Sub Pop, para asegurase que recibirían algo preciso y en una fecha exacta. “Pensamos que si firmábamos el contrato tendríamos la posibilidad de utilizarlo en el futuro si querían cagarnos”. Finalmente terminó resultando todo lo contrario: el contrato los ató a una compañía que no los beneficiaba.

Las sesiones de Blew fueron la última aparición grabada de las baterías de Chad. Ya le quedaba poco tiempo en Nirvana.

Nirvana fue la primera banda en firmar un contrato extenso con Sub Pop, a pesar de que el álbum no había tenido la respuesta esperada dentro del sello. Por esta razón Sub Pop había dejado de promocionar Bleach y Nirvana acudió al siempre efectivo recurso del boca a boca para autopromocionarse. Realizaban shows casi todos los fines de semana en Seattle y alrededores, con entradas a precios mínimos y durante el espectáculo recomendaban el disco a los asistentes. Para este momento de la historia de Nirvana, se empezaba a notar que Sub Pop tenía un poder de distribución y publicidad bastante bajo. “Era la típica historia de estar tocando y que diez o veinte chicos se suban al escenario para decirte que no pueden encontrar tu disco en ningún lado, -recuerda Cobain- Me estaba cansando. No hacíamos entrevistas. Sentíamos que nos merecíamos un poquito más de lo que estábamos recibiendo. Yo hubiera sido feliz tocando delante de mil personas, porque ese era básicamente nuestro objetivo: subir cada semana al escenario de un club con esa capacidad, ser una de las más populares bandas de rock alternativo, como Sonic Youth”.

En septiembre de 1989 la banda vuelve a entrar a estudios para registrar el EP Blew. Por primera vez grababan en un estudio de 24 canales, el Capitol Hill de Seatlle, producidos por Steven Fisk. Las sesiones de Blew fueron la última aparición grabada de las baterías de Chad. Ya le quedaba poco tiempo en Nirvana.

Gira mágica y…

El 20 de octubre de 1989, en New Castle, Inglaterra, Nirvana y Tad abren una gira europea en la que realizaron 36 shows en 42 días.

Esa noche en Roma, Kurt tuvo un colapso nervioso en escena e intentó tirarse de una columna de sonido, para terminar llorando abrazado a Poneman, pidiéndole que lo lleve a casa y asegurándole que quería dejar la música.

Según Poneman, “esa gira fue el principio del fin de las dos bandas en su relación con Sub Pop. Cuando ya estaba por terminar y antes de que vuelvan a casa fuimos a verlos en Roma, pero al llegar nos dimos cuenta que no había sido una buena idea. Nosotros veníamos en avión, cómodos y bien alimentados, mientras los músicos habían pasado semanas viajando en una pequeña camioneta, comiendo porquerías y durmiendo sentados”.

Esa noche en Roma, Kurt tuvo un colapso nervioso en escena e intentó tirarse de una columna de sonido, para terminar llorando abrazado a Poneman, pidiéndole que lo lleve a casa y asegurándole que quería dejar la música. El tour lo cerraron Nirvana, Tad y Mudhoney el 3 de diciembre en el Astoria de Londres.

Para ese momento, las compañías grandes empezaban a prestar mucha atención a las bandas de Seattle, ofreciéndoles jugosos adelantos, mientras Sub Pop rozaba la quiebra, sin poder pagarle a sus bandas. Sonic Youth y Dinosaur Jr. habían firmado para sellos grandes, entonces Nirvana también empezó a buscar un contrato con una multinacional, ya que ningún sello independiente podía afrontar la compra mientras mantenía largas y complejas negociaciones de ida y vuelta con Sub Pop por un contrato mejor o por la rescisión del contrato original que estipulaba la edición de un disco más con el sello y grandes beneficios a la hora de la renovación para el siguiente larga duración.

Por esa razón Nirvana entró a estudios en abril del 90 para registrar lo que sería el material de su siguiente placa. Se grabaron varios temas con la producción de Butch Vig, quien antes había trabajado con Soundgarden, Sonic Youth y Dinosaur Jr., entre otros, y que estaba en permanente contacto con la escena underground americana, especialmente la de Seattle. La cinta que contenía siete temas grabados a lo largo de una semana, terminó transformándose en el “demo” con el que Nirvana salió a recorrer compañías multinacionales.

Fue en ese momento que decidieron despedir a Chad. Se fueron a su casa y tras una larga charla le dieron un abrazo de despedida. “Sentía como que había matado a alguien”, dijo Kurt tiempo después. Chad declararía entonces que en realidad él no había sido echado, sino que se había apartado de Nirvana “por diferencias religiosas”.

Llega Grohl

Sin baterista, Nirvana tuvo que cancelar una gira por Reino Unido. Crover los acompañó en un pequeño tour por la costa oeste en Julio de ese año, pero con la condición de que no saltaran encima de su batería. Kurt y Chris se enojaron tanto que no rompieron ni una sola guitarra en toda la gira, decepcionando un poco al público, cada vez más numeroso, que en gran parte asistía a los shows de Nirvana para ver destrozos sobre el escenario.

Al regreso, el 11 de julio de 1990, y durante un descanso para comer de la grabación de Tad, Nirvana grabó “Sliver”, el lado A de un simple para Sub Pop, cuyo lado B es “Dive” (cortado del demo producido por Butch Vig).

El 22 de septiembre de 1990, Nirvana tocó en el Motor Sports Show de Seattle, estrenando temas del demo grabado con Buth Vig. Dave Grohl estaba entre el público.

La batería la tocó Dan Peters de Mudhoney, después de una rápida audición infructuosa de otros músicos. De inmediato circularon los rumores de separación de la banda, pero Mudhoney solo se encontraba en un impass y Dan aprovechó esa oportunidad para grabar con Nirvana y acompañarlos en algunos shows. El 22 de septiembre de 1990, Nirvana tocó con él en el Motor Sports Show de Seattle, estrenando temas del demo grabado con Buth Vig. Dave Grohl estaba allí, entre el público.


Dave tocaba en un grupo llamado Scream, que había grabado un álbum de estudio y dos discos en vivo. La banda había estado haciendo giras por Estados Unidos y Europa hasta que Nirvana decidió quedarse con él. Dave era fan de los Melvins y había conseguido hacerse amigo de ellos y hasta compartir cartel en un par de shows. En San Francisco, Dave se fue al backstage de un show de Melvins donde también estaban Kurt y Chris. Fueron presentados y cada uno invitó al otro a ver un show de su banda. Tanto Dave como Kurt y Chris quedaron impresionados.

Los primeros días se preparó una audición para ver si Dave era el baterista que estaban buscando. “Supimos en dos minutos que era el baterista correcto. Era un golpeador duro, era muy dinámico, era tan brillante, caliente, vital” rememora Chris. Otra vez tenían que comunicarle a un baterista que no formaba más parte de la banda (esta vez Dan Peters).

Kurt lo adelantó en una entrevista radial anunciando que habían encontrado un “pequeño Dale Crover” y “que Dan es un baterista maravilloso, pero no podemos dejar pasar por alto la oportunidad de tocar con el baterista de nuestros sueños y ese es Dave”. Después de eso Kurt llamó a Dan para avisarle que se reunirían con Geffen para hablar de un contrato y para anunciarle que tenían otro baterista.

La cotización de Nirvana dentro del ámbito de las compañías multinacionales estaba en ascenso. Tanto los músicos como los dueños de Sub Pop recibían dos o tres ofertas por semana. Los llevaban a restaurantes caros y normalmente Kurt pedía la comida más cara y Chris se emborrachaba.

El rock alternativo ya se había transformado en un nuevo mercado con discos de platino y ventas multimillonarias y las bandas de Seattle eran las mejor posicionadas dentro de ese circuito.

Multinacionales

Dave se muda a la casa de Kurt y pasa los siguientes cuatro o cinco meses ensayando toda la noche con Nirvana sin dedicarse a ninguna otra actividad. No había límites para ellos y se la pasaban haciendo improvisaciones o experimentos. Muchos fueron grabados pero las cintas nunca se encontraron.

Por esa época Kurt prueba los efectos de la heroína. Cuando Dave se entera, intenta permanecer tranquilo, preguntándole simplemente qué era lo que se sentía: “Apesta, es algo estúpido, te hace sentir grosero, malo. Simplemente quería probarlo”, dicen que dijo.

La prueba de fuego para Dave fue una pequeña gira por Inglaterra junto a L7 para presentar el simple Sliver/Dive a principios del ’91, aunque por problemas de distribución de Sub Pop, el disco no estuvo allí hasta el regreso de Nirvana a Estados Unidos. A pesar de eso, la gira fue un éxito rotundo y para festejar Kurt se cortó el pelo por arriba de los hombros: “No lo hice para demostrar que ya no somos una banda de Sub Pop, sino sencillamente porque quise hacerlo”.

Las idas y vueltas con las distintas discográficas multinacionales se suceden incansablemente, y con ellas los rumores dentro del ambiente y los medios especializados.

Nirvana no buscaba en el contrato una suma astronómica, sino un buen arreglo de royalties, apostando a lo que ellos mismos tenían para ofrecer: su música.

Lo cierto era que el trío, cada vez más consolidado, estaba convencido del rumbo que quería imponerle a la banda: hacer lo que quisieran de la forma más cómoda posible y llegando a la mayor cantidad de gente, al menos Europa y Estados Unidos. Esos objetivos lentamente empezaban a cumplirse, ya que en febrero de 1991 consiguen pasar a formar parte de la compañía artística Goldmountain, managers entre otros de Sonic Youth, Beastie Boys o Red Kross.

No pasó un mes para que Nirvana cierre trato con DGC, la compañía discográfica del magnate David Geffen. La multinacional del disco no ofrecía más dinero que el resto de los sellos interesados (que para ese momento ya sumaban una docena), pero tanto para Nirvana, como para la gente de Goldmountain era la mejor opción, debido a la buena experiencia de Sonic Youth dentro del sello. Además, Nirvana no buscaba en el contrato una suma astronómica, sino un buen arreglo de royalties, apostando a lo que ellos mismos tenían para ofrecer: su música. Visto a largo plazo, esa decisión fue la que los hizo millonarios.

El contrato, que fue arreglado de palabra a fines de abril pero no fue firmado oficialmente hasta que no terminó la grabación de Nevermind, los obligaba a entregar dos LP a la compañía a cambio de 287 mil dólares, haciéndose cargo además de la “compra” del grupo a la cada vez más arruinada Sub Pop, que gracias a este trato, revivió de las cenizas, continuando aun hoy como una de las discográficas más prolíficas dentro del rock alternativo norteamericano, promotora incansable del sonido de Seattle (“si no hubiéramos tenido ese acuerdo, Bruce y yo estaríamos lavando platos”, admitió Poneman).

El arreglo de “compra” con Sub Pop permitía al sello independiente editar un último simple con algún tema ya grabado de Nirvana, por lo que se publicó un disco compartido con The Fluid, en el que Nirvana aportaba el tema «Molly’s Lips», un cover de The Vaselines cuyo resultado final no agradó demasiado a Cobain.

Chico conoce chica

Ese invierno fue quizá el más deprimente para la banda, especialmente para Kurt, que no soportaba la soledad de su minúsculo y sucio departamento compartido con Dave. Habían arreglado un contrato multimillonario con una compañía multinacional y a pesar de eso no tenían para comer, por lo que habían empeñado los muebles y la TV y vendido hasta la última de las camisetas (se estaban cotizando a 35 dólares la pieza).

Courtney conocía a Dave por haber compartido shows en viejas épocas, pero recién comienza a llamarlo nuevamente a fines de 1990. ¿La razón? Quería conocer a Cobain.

Al poco tiempo, una extraña mujer empezó a rondar el Oakwood tratando de conocer a Cobain. Ella había visto a Nirvana abrir para los Dharma Boons en el Satyricon Club en Portland Oregon en 1989. Kurt la había visto esa noche, pero no le había llamado demasiado la atención. “Se veía como la clásica chica del punk rock y no me sentía nada atraído por ella”, aseguró más tarde. Ella, en cambio, tenía otra visión: “Simplemente pensé que él era hermoso, y tenía esas manos… no puedo explicarlo”. Se trataba de Courtney Love.

Courtney conocía a Dave por haber compartido shows en viejas épocas, pero recién comienza a llamarlo nuevamente a fines de 1990. ¿La razón? Quería conocer a Cobain.

En mayo de 1991 volvieron a encontrarse en un show de L7 y Buthole Surfers en el Palladium de Los Ángeles. Dave los había presentado formalmente y se habían cruzado un par de veces en el lobby del Oakwood. Pero en el show del Palladium tuvieron su primer contacto: se agarraron a piñas.

Kurt ya sabía que Courtney le gustaba, pero no estaba seguro de qué era lo que tenía que hacer: “No sabía si quería o no consumar la relación. Ella parecía veneno. Yo había salido recientemente de una relación y no quería meterme en otra. Estaba determinado a permanecer soltero al menos un par de meses. Pero sabía que Courtney me gustaba mucho y que era realmente inútil pelear para permanecer lejos de ella por tanto tiempo. Era más fuerte que la mierda. Durante esa época viví el estilo de vida de un soltero del rocanrol, pero viví la peor etapa de mi vida”.

Mientras tanto ella lo buscaba con tanta insistencia que fue acusada de ser una cazafortunas. Su única defensa fue “¿Cómo iba a saber quién sería Kurt Cobain? Yo pensé que iba a ser más famosa que él”.

Nevermind

El disco se grabó en mayo y junio de 1991, en los Soundcity Studios en California. El presupuesto original era de 65 mil dólares, incluyendo el costo de Butch Vig, casi una propina en comparación a los costos de cualquier disco de una empresa como DGC.

La grabación fue algo caótica, pero Vig no los presionaba, aunque intentaba mantenerlos lejos de la sala de control. Zapaban en estudio y se divertían dentro y fuera de él.

Dave le pegaba tan duro a la batería que reventaba los parches un par de veces por día. Kurt normalmente se negaba a hacer una segunda toma (“la ética Punk”), por lo que Vig tenía que buscar la forma de hacerlo sin que se diera cuenta, grabando inclusive cuando Kurt entraba en calor.

Muchas veces le insistía tanto para que repitiera algún fragmento que Kurt simplemente dejaba su guitarra y se iba. “Sabía que después de eso no iba a conseguir nada de él”, recuerda Vig. Muchas veces la voz de Kurt desaparecía casi por completo en la segunda o tercera toma de una canción, lo que complicaba el trabajo y ponía muy mal a Kurt. La causa era el jarabe para la tos con codeína que tomaba mezclado con whisky, para reemplazar la heroína.

Durante la grabación del álbum Kurt y Dave habían visto un documental sobre nacimientos bajo el agua y Kurt se lo mencionó a Robert Fisher (jefe de arte de DGC) como una buena idea para la tapa.

Una noche, a la salida del estudio, Chris va preso por manejar borracho. Pasa 16 horas en una celda con otras 50 personas, hasta que un ejecutivo de Goldmountain llega para pagar la fianza.

Todos estos inconvenientes retrasan la grabación, por lo que, al terminar las sesiones, Butch Vig se encierra a realizar la mezcla sin un solo día de descanso. El resultado no fue el esperado, por lo que se convocó, a pesar del escepticismo de Nirvana, al mezclador veterano Andy Wallace, que acababa de terminar la mezcla del último LP de Slayer. Este gasto, más las horas extra de estudio y la fianza de Chris, duplicaron el presupuesto original, que igualmente se mantuvo bastante modesto para lo que eran las producciones de Geffen.

La gente de la compañía estaba a la vez asustada y conforme con las canciones pop y el sonido general del nuevo disco. Temían que se acuse a Nirvana de vendidos, pero a la vez pensaban que era un buen material para cortar futuros hits.

Durante la grabación del álbum Kurt y Dave habían visto un documental sobre nacimientos bajo el agua y Kurt se lo mencionó a Robert Fisher (jefe de arte de Geffen) como una buena idea para la tapa. Fisher encontró algunas fotos del tema, pero eran demasiado gráficas por lo que decidieron preparar una sesión especial con Spencer Elden, un bebé de cinco meses, como modelo. Kurt bromeaba que se le podía poner un billete en un anzuelo delante del bebé y la idea fue aceptada. Hubo algunos problemas con el pene del bebé y preocupaciones de la gente de Geffen, por lo que Fisher preparó una portada sin pene que finalmente no fue utilizada. De todos modos, en algunas disquerías la tapa de Nevermind fue censurada. El título también fue obra de Cobain y tenía una sencilla explicación: el disco se llama Nevermind (no importa) porque la mayoría de la gente dice “no importa” antes de agarrar un aerosol y hacer una pintada, o antes de armar una banda y salir a pelearla. “La gente ya no hace cosas muy a menudo y eso es algo que me intranquiliza. Sería tan fácil hacer una y otra vez una pintada que diga: ‘Elimina a George Bush’. No importa si algo así tiene o no tiene impacto, es algo divertido de hacer. De eso se trata una de las líneas de «Smells Like Teen Spirit»: es más divertido perder que intentarlo”, declaró Kurt.

Nirvanamanía

En agosto, Nirvana abrió para Sonic Youth en un tour europeo. Era la nueva banda favorita de los Sonic Youth y los cuidaban como a ellos mismos controlando cada show de apertura de Nirvana para que todo estuviera en orden. Más tarde ellos también adoptarían esta particular filosofía de elegir bandas nuevas, amigas, simpatizantes o allegadas al círculo de Nirvana para telonear los shows.

Courtney aparecía cada tanto en algunos tramos de la gira, pero las relaciones con Kurt se mantenían estancadas.

Abandonan la gira unos días antes del cierre para grabar el clip de “Teen Spirit” junto a Samuel Bayer y para la fiesta de lanzamiento de Nevermind, el 13 de septiembre de 1991 en el Re-Bar Club de Seattle. Para Kurt el evento fue bastante vergonzoso porque parecía una fiesta del mainstream. Los músicos y sus amigos empezaron una guerra de comida y a nadie le importó manchar los trajes de los ejecutivos de la compañía. Fue así que a Nirvana se los echó de su propia fiesta de presentación del álbum.

Finalmente, el 24 de septiembre de 1991 fue lanzado oficialmente Nevermind, con el envío de 46.251 copias a las disquerías. Nirvana salió de gira por Norteamérica para promocionarlo. Tocaban todas las noches y durante el día concedían entrevistas. Si en Sub Pop se quejaban porque solo habían tenido seis entrevistas en un año, ahora lo hacían porque debían responder a seis o siete por día. En todas se repetían las mismas preguntas: ¿por qué firmaron con una compañía grande? ¿por qué pusieron a un bebe desnudo en la tapa?

La carrera de Nevermind fue más rápida de lo que nadie había podido imaginar. El 29 de octubre ya eran disco de oro, pero a nadie en la banda pareció importarle.

Courtney se enteró que Kurt no paraba de hablar de ella durante la gira. Empezó a llamar a Dave y después le pedía que le pase con Kurt. Inclusive viajó a Chicago para ver un show de Nirvana. Fue el 12 de octubre, el mismo día que Nevermind debutó en el puesto 144 del ranking de la revista Billboard. Esa noche, después del show del Cabaret Metro, Kurt y Courtney se besaron por primera vez.

Nirvana siguió la gira y a medida que pasaba el tiempo, el público crecía en cada nueva ciudad, aunque los músicos no se daban demasiada cuenta del fenómeno que lentamente se estaba gestando a su alrededor. MTV empezó a pasar el video de Teen Spirit, transformándose rápidamente en uno de los más pedidos.

La carrera de Nevermind fue más rápida de lo que nadie había podido imaginar. El 29 de octubre ya eran disco de oro, pero a nadie en la banda pareció importarle. El 2 de noviembre entraron en el puesto 35 del Top 40 americano. Ese día partieron para la gira europea de presentación del disco. En pocos días pasaron del puesto 35 al 17, del 17 al 9 saltando al puesto 4 a solo dos meses del lanzamiento de la placa.

En Europa, mientras tanto, todos los shows estaban con entradas agotadas, inclusive sobrevendidos. Las radios y la TV solo pasaban “Teen Spirit”. La prensa los agobiaba. Los ejecutivos de Geffen estaban sorprendidos.

En Estados Unidos la nirvanamanía ya era imparable. La gente se mataba por conseguir el disco y en los medios solo se hablaba del suceso de la banda y de qué significaba todo este fenómeno, buscando explicaciones para el sorpresivo éxito de grupo surgido de la nada. Inclusive Dave Grohl intentaba poner el éxito en palabras: “Si uno mira el Top Ten el año anterior a la salida de Nevermind, raramente va a encontrar una banda de rock. Cuando nuestra música salió, creo que fue la combinación ideal. Las canciones eran buenas, pegadizas y sencillas y Kurt tiene una buena voz”.

Para fin de año y con el grupo todavía en Europa, el disco se transformó en platino. En una de las tantas entrevistas que cada músico del trío concedía por día, Chris fue consultado sobre el tema: “Somos platino y estamos todo el tiempo en MTV y esto es algo loco. Entonces, ¿ahora qué?, ¿dónde vamos a partir de aquí?, ¿acaso vamos a ser los próximos Led Zeppelin?, ¿o la gran banda de los ’90s?, ¿o simplemente nos vamos a despedazar?, ¿o qué?”. Sin dudas era difícil anticipar el futuro. Courtney Love también estaba de gira por Europa con Hole, su propio grupo y fue en ese momento cuando con Kurt renovaron su romance. “Ahí es donde realmente empezamos a enamorarnos, por teléfono. Hablábamos todas las noches y nos enviábamos fax todos los días”. Kurt se aburrió bastante en la gira y como quería que algo excitante le pasara a su vida pensó que Courtney era la mejor opción, aunque temía que nadie en el círculo de Nirvana la aprobase: “Ella es como un imán para que las cosas excitantes empiecen a pasarte. Creo que básicamente lo único que quería era hacer enojar a la gente”.

Después de la gira se tomaron un respiro y cada uno se fue por su lado. Kurt volvió a Seattle y Courtney se quedó en Europa con Hole. Días después, el 11 de enero de 1992, el trío volvió a juntase para una presentación en Saturday Night Live, uno de los programas más vistos de los Estados Unidos. Fue el último empujón que Nevermind necesitaba: Nirvana desplazó a Michael Jackson del primer puesto del Top 200 de la Billboard. Para ese momento, la venta promedio de Nevermind era de 300 mil copias por semana. En el resto del mundo el disco también llegó a la cima de los charts: fue número uno en Bélgica, Francia, Irlanda, Israel, España, Suecia y Canadá y llegó al número 3 en todos los mercados del mundo, excepto Italia, Japón y Gran Bretaña, aunque allí se mantuvo entre los 25 primeros durante meses. La consagración final había llegado.

Nirvana en el Cabaret Metro el 12 de octubre de 1991, tras el lanzamiento de Nevermind. Después del show, Kurt y Courtney se besaron por primera vez.

El camino hacia “In Utero”. Droga, droga y rocanrol

Aún antes de volver de Europa, un tan inexplicable como punzante dolor de estómago, que afectaba a Kurt desde hacía varios años, empezó a volverlo loco, haciéndolo crónicamente irritable y antisocial. “Estaba tan furioso con mi cuerpo que no podía tratar a nadie socialmente. Estaba totalmente neurótico porque tenía dolores todo el tiempo, la gente no tenía idea de lo que me pasaba y tampoco me podía quejar las 24 horas”.

Entonces, apenas llegado a Estados Unidos y aprovechando las dos o tres semanas de descanso Kurt decidió que la única manera de escapar de ese dolor era drogándose.

“Había decidido tener una vida. Si me iba a matar lo haría por alguna razón, pero no por un estúpido dolor de estómago. Así que decidí tomar todo, en exceso, al mismo tiempo”.

Fue en ese pequeño tour que Dave y Chris tuvieron que admitir que la adicción de Kurt se había transformado en algo serio.

Empezó a tomar heroína en cantidades cada vez mayores, y eso le hacía olvidar el dolor. “Estaba determinado a contraer el hábito, lo quería, fue mi decisión. Me dije que esa sería la única cosa que me salvaría de volarme la cabeza. Empecé tomando tres días seguidos y conseguí olvidar el dolor de estómago así que decidí hacerlo para siempre”.

Ningún doctor de los que visitaba Cobain había podido hacer nada por su dolor de estómago y por eso ésta pareció transformarse en la única salida para Kurt.

A finales de diciembre, cuando Courtney volvió de la gira de Hole por Europa, Kurt la llamó y le propuso vivir juntos. Vivieron en departamentos prestados y hoteles durante un tiempo, inyectándose y vagando todo el día, hasta que la banda viajó acompañando a Pearl Jam y Red Hot Chilli Peppers en un par de shows, para luego trasladarse a Nueva York a grabar un especial para la MTV y la famosa intervención en el Saturday Night Live, donde fueron vistos por más de 5 millones de personas. Como cierre del set, Nirvana destrozó todos los equipos, coronando todo con un par de sonoros besos en la boca que dieron que hablar durante semanas.

Fue en ese pequeño tour que Dave y Chris tuvieron que admitir que la adicción de Kurt se había transformado en algo serio. En el círculo de Nirvana, todo el mundo culpó a Courtney del ingreso de Kurt en la heroína, aunque muchos aseguraban que, si no lo hubiera hecho con ella, lo habría hecho solo o con cualquier otra persona. Paralelamente la prensa empezó a hablar de la adicción de Kurt y él a su vez empezó a aumentar su paranoia. Tenía miedo de que le registren la casa y lo arresten, pero sobre todo tenía miedo de que lo dejen morir en la cárcel.

Kurt y Courtney decidieron casarse en Hawaii. Love se había enterado que estaba embarazada poco tiempo antes.

Un par de días antes de salir hacia Australia y mientras Nirvana filma el video de “Come As You Are”, Courtney descubre que está embarazada. Viajaron a Nueva Zelanda, Singapur y Japón, donde Courtney se unió a la gira y de allí volaron a Hawaii, donde Kurt y Courtney decidieron casarse, a pesar de que al círculo íntimo de Nirvana no le agradaba nada la relación.

Rumores, premios, peleas

Nirvana viajó a Inglaterra a cerrar el festival de Reading (junto a L7, Mudhoney y otros). La prensa inglesa había hecho correr el rumor de la separación de Nirvana por los problemas de salud de Kurt, pero fue él mismo el encargado de desestimar el tema: entró al escenario en silla de ruedas y con una bata de hospital y desde allí realizó uno de los mejores shows de su vida. Obviamente, al final del set la silla de ruedas estaba completamente destruida.

Dos días después Nirvana tocó en los MTV Music Video Awards 1992. Habían elegido “Rape Me” (Viólame), pero la MTV se negó pidiéndoles que toquen “Teen Spirit”. Pensaron en no aparecer, pero las consecuencias iban a ser demasiado graves. Entonces tocaron “Lithium”. Una vez que estuvieron en el escenario, Kurt empezó a tocar y cantar los primeros acordes de “Rape Me”. Un segundo antes de que cortaran la transmisión la banda arrancó con “Lithium”. Hacia el final del tema Chris tiró su bajo al aire y se olvidó de agarrarlo. El instrumento le cayó en la cabeza y el salió disparado del escenario y desapareció. Lo encontraron después de mucho buscar charlando con Brian May champagne de por medio.

Kurt Cobain, vestido con bata de hospital, durante el show en el festival de Reading, Inglaterra

Esa noche Nirvana recibía el premio a mejor video de música alternativa, pero la banda no quería subir al estrado, por lo que mandaron a un imitador de Michael Jackson para que lo reciba. La audiencia no entendió la humorada.

Hacia el final de la noche, tenían que subir otra vez a recibir el premio a mejor banda nueva y aunque al principio Kurt se negó, tuvieron que hacerlo para evitar habladurías.

La situación fue muy incómoda para todos y Kurt sólo sonrió a la cámara y dijo ante una audiencia de diez millones de personas: “ustedes saben, es realmente difícil creer todo lo que se lee”. Los ejecutivos de marketing dijeron después que esa sonrisa dio vuelta la imagen negativa de Nirvana y de la pareja Love-Cobain.

Pero esa noche la acción estaba sin dudas, en el backstage. A Kurt nunca le había gustado Pearl Jam y después de la presentación de la banda, Eddie Vedder se encontró con Courtney detrás del escenario. Eric Clapton tocaba “Tears In Heaven” y Love lo sacó a bailar. En ese momento Kurt llegó, y aunque todos esperaban una pelea, los dos se saludaron amablemente: “Le dije exactamente lo que pensaba de él, que era un ser humano respetable. También le dije que su banda apestaba, pero que después de verlos tocar me había dado cuenta que hacía todo con pasión”.

Nirvana durante su presentación en los MTV Video Music Awards de 1992

No ocurrió lo mismo cuando Axl Rose se hizo presente. Courtney lo llamó y le propuso ser el padrino de su hija Francis. La respuesta de Axl fue dirigida directamente a Kurt: “Calla a tu perra o voy a estrellar tu cara contra el pavimento”. Los encargados de seguridad tuvieron que separarlos para que no se pelearan, mientras Duff McKagan de los Guns, buscaba a Chris para golpearlo. La bronca entre bandas había nacido cuando Nirvana se negó a participar de la gira con Guns N’Roses y Metallica y desde ese momento nunca volvieron a encontrarse.

In Utero

Todo el proceso de grabación se hizo en seis días, y las letras, como era su costumbre, Kurt las terminó de escribir en los últimos dos. “Fue la grabación más fácil que alguna vez hayamos hecho”, recuerda Kurt “Pensé que eventualmente nos pelearíamos y nos empezaríamos a gritar, pero Albini nos ayudó mucho e hizo que el trabajo fuera más fácil.” Casi todo el disco se grabó en vivo, sin segundas tomas. La mezcla se hizo en una semana, aunque Albini estaba acostumbrado a hacerlo en uno o dos días.

Cuando le hicieron escuchar el disco a la gente de la compañía no les gustó demasiado, y pensaron que tampoco a las radios iba a agradarle. Incluso se llegó a pensar en regrabarlo.

El nombre tentativo para el disco era I Hate Myself and I Want To Die (me odio y quiero morir), una frase que había nacido durante la gira australiana cuando alguien le preguntaba a Kurt como iba su vida y que más tarde se transformó en una canción, editada en la compilación “The Beavis y Butt-Head Experience”. La frase fue descartada como título después de un par de semanas, reemplazada por Verse Chorus Verse, que era un comentario sarcástico de la estructura standard del género pop.

Para finales de mayo de 1993, el disco había sido definitivamente bautizado In Utero. Kurt había anotado esta frase en un escrito de poesía de Courtney y pensó que caía justo con el arte de tapa del álbum, conceptualizado también por Kurt.

Cuando le hicieron escuchar el disco a la gente de la compañía no les gustó demasiado, y pensaron que tampoco a las radios iba a agradarle. Incluso se llegó a pensar en regrabarlo. En cambio, a los amigos de la banda les encantó y por eso Nirvana se mantuvo firme en su posición de editarlo como estaba. “Claro que ellos quieren otro Nevermind pero preferiría morir antes de hacerlo. In Utero es exactamente el disco que me compraría como fan y que estaría orgulloso de tener. Es mi producción favorita y son mis canciones favoritas”, declaró Kurt. El trío calculaba que se vendería la mitad que en el disco anterior, pero eso no parecía preocuparles.

A pesar de que estaban convencidos de sacar el álbum como estaba, a finales de abril el entusiasmo había bajado y hasta pensaron en volver a estudio y grabar un par de nuevos temas. Finalmente sólo se remezclaron dos de las canciones a principios de mayo, aunque hubo que esperar todavía un par de meses más hasta para que In Utero estuviera en la calle.

Después de muchas idas y vueltas, el disco vio la luz el 14 de septiembre de 1993.

Quizás la crítica que publicó la revista Time del disco, resuma la opinión general que dio el público americano: “Nirvana no se unió al sistema, aunque su potente nuevo álbum puede, una vez más forzar al sistema a unirse a Nirvana. El único paso en falso de In Utero quizás sea la canción Rape Me, que aunque es una declaración antiviolación, algunos oyentes de Nirvana pueden no entender la ironía. Nirvana quizás no signifique el cielo, pero el último lanzamiento de este trío es lo más cercano a lo divino”.

Nirvana mantuvo un perfil bajo de apariciones públicas, shows y reportajes a pesar de tener un disco nuevo en la calle. Preparaban una gira mundial para principios de 1994, pero antes la MTV los convocó para preparar un especial acústico en el programa “Unplugged”.

NIRVANA SIN COBAIN

El principio del fin

El 2 de febrero de 1994, los Nirvana partieron hacia Europa donde iban a hacer una pequeña gira. Luego de una aparición en la televisión francesa, dieron el primer show el 6 de febrero en Lisboa. Algunos días después, tras un comienzo tranquilo, la banda volvió a París. Allí, en una sesión de fotos para la revista Globe, Cobain protagonizó la luego famosa foto en la que aparece metiéndose un arma en la boca. Dirían luego algunos de los miembros del equipo que a Cobain se lo veía bastante cansado y que había comenzado a tener problemas en la garganta y había llegado a perder la voz durante alguna presentación.

Aquella misma tarde Kurt pidió que le trajeran dos botellas de champagne y una prescripción de Rohypnol.

Luego de un show, el último que habrían de presentar, Kurt resolvió consultar a un especialista que lo medicó con un spray y remedio para los pulmones y le diagnosticó una laringitis severa y bronquitis. Además, le recomendó tomarse de dos a cuatro semanas de reposo y le aconsejó que considerara la posibilidad de conseguir a alguien que le enseñase a cantar más correctamente y a cuidar su garganta. Aun quedaban 23 de los 38 shows programados, pero debido a la indisposición de Cobain, tuvieron que posponer algunas fechas. Novoselic volvió por unos días a Seattle, Grohl se quedó en Alemania para participar de la filmación de algunas tomas de la película Backbeat y Kurt se fue con Pat Smear a Roma.

El 3 de marzo Cobain se registró en el hotel Excelsior en Roma. “Él odiaba todo y a todos. Los odiaba, los odiaba, los odiaba.” contaría Courtney tiempo después acerca de aquellos días. “Me llamó desde España, llorando. Yo me había ido por cuarenta días. Yo estaba haciendo lo mío con mi banda por primera vez”. Cuando se encontró con él en Roma, Kurt le compró rosas, unos aros de diamante y otras joyas y, sabiendo que a ella le encanta la historia romana, un pedazo del Coliseo. Aquella misma tarde Kurt pidió que le trajeran dos botellas de champagne y una prescripción de Rohypnol. El Rohypnol es un tranquilizante fabricado por la misma fábrica que hace el Valium y es comúnmente usado para el insomnio. Además, es empleado como alternativa a la metadona durante la recuperación de adictos a la heroína. “A eso de las tres o cuatro de la mañana”, contaría luego Courtney. “Me desperté y me di vuelta para hacer el amor con él y no estaba. Estaba en la otra punta de la cama con mil dólares en el bolsillo y una nota que decía: “Ya no me amas más. Prefiero morirme antes que pasar por un divorcio”. Todo estaba en su cabeza. Yo sólo me había separado de él por, quizás, 60 días durante toda nuestra relación (…) Se tomó cincuenta malditas píldoras. Probablemente hasta se había olvidado cuantas había tomado”.

Corriéndole un telón al corazón

El 25 de marzo se llevó a cabo una reunión que Love venía organizando desde hacía unos días, cuyo objetivo era, además de conseguir que Kurt se convenciese de la necesidad de tratarse de su adicción a la heroína, asegurarse de que éste estuviese siempre vigilado en caso de que tratase de escapar. Aquella tarde se dieron cita en la casa de Cobain en Seattle, unas diez personas, entre las que estaban, Chris Novoselic y Pat Smear; John Silva, mánager de la banda; Dylan Carlson, un viejo amigo de Kurt; Danny Goldberg, ex mánager de la banda y actual presidente de Atlantic Records; Courtney Love y Janet Billig, mánager de Hole. Durante cinco horas intentaron convencer a Kurt de internarse en una clínica, hasta que éste terminó por ceder, tras lo cual se fue con Pat Smear al sótano a ensayar algunas nuevas canciones.

Antes de dejar la ciudad Kurt fue a visitar a su amigo Carlson, para pedirle un arma ya que, decía, había visto gente extraña merodeando por los alrededores de su casa.

Al día siguiente Love viajó junto a su manager a Los Ángeles, donde se registró en el hotel Península en Beverly Hills, para asistir a un programa para desintoxicarse de las drogas. Cobain mientras tanto, volvió a arrepentirse y se negó a dejar Seattle, donde permaneció por unos cinco días más, antes de partir hacia Los Ángeles. Antes de dejar la ciudad fue a visitar a su amigo Carlson, para pedirle un arma ya que, decía, había visto gente extraña merodeando por los alrededores de su casa. A Carlson la historia le resultó de lo más convincente y creyó que él no quería comprarla porque la policía se le iba a quitar inmediatamente luego de aquel suceso del 18 de marzo. Además, no era la primera vez que le prestaba armas a su amigo Kurt.

Lo que a Carlson sí le resultó extraño fue que quisiese tener un arma comprada horas antes de irse la ciudad. Fue así que le ofreció guardarle el arma que acababan de comprar hasta que regresase, aunque Kurt prefirió dejarla guardada en su propia casa.

Durante los pocos días que duró su internación Cobain recibió la visita de su hija, Francis Bean, traída por la mujer que lo cuidaba y de algunos amigos, que dicen haberlo encontrado de muy buen humor. El 1ro. de abril tuvo la última conversación con su esposa. La llamó al hotel donde se alojaba en Beverly Hills y le dijo que “no importa lo que pase, quiero que sepas que hiciste un disco realmente bueno”, en relación al segundo disco de su banda Hole que estaba próximo a ser editado. “¿Qué quieres decir con eso?”, le preguntó Love. “Solamente recuerda que… no importa, que yo te amo”, fue su respuesta.

Kurt Cobain con su hija Francis

Al otro día, a las 7:25, Cobain les dijo a los enfermeros de la clínica que iba a salir al patio para fumar un cigarrillo para, en realidad escaparse de la clínica saltando por sobre la pared del patio. Aquel lugar no tenía demasiada seguridad y su fuga, él probablemente lo sabía, era innecesaria: podría haber salido tranquilamente por la puerta, sin que nadie lo hubiese detenido. “Nosotros cuidamos muy bien a nuestros pacientes.”, diría luego un vocero de la clínica Exodus. “Pero algunos logran escaparse”.

A la una de la mañana, Cobain llegó de vuelta a Seattle con un avión que había tomado tres horas después de haberse escapado de la clínica. Para entonces su mujer ya había sido alertada y, asustada, canceló su tarjeta de crédito y contrató a Tom Grant, un investigador privado, para que lo buscase y a otro para que vigilase la casa de la mujer que le proveía de droga. Kurt, sin embargo, volvió a su casa donde la niñera de Francis Bean asegura haber hablado con él el sábado 2 de abril y haberlo visto con aspecto enfermizo y actuando algo extraño. Luego, se supo, tomó un taxi hasta una armería local donde compró algunas municiones.

Su paradero durante los próximos días nunca fue del todo aclarado. Algunos vecinos dicen haberlo visto en un parque cercano a su casa con una campera demasiado abrigada para esa época del año. Se cree, además que pasó algún tiempo en su otra casa en Camation, ya que se encontró una bolsa de dormir y restos de cigarrillos en los ceniceros. Otro indicio es el reporte de su tarjeta de crédito donde consta que hubo intentos por retirar dinero del banco por sumas de entre mil y 5 mil dólares, además de una fallida compra de flores por $86,60. El 3 de abril su madre, Wendy Cobain, denunció su desaparición a la policía advirtiéndoles que podría tener intenciones suicidas y sugiriendo algunos lugares donde podrían buscarlo.

Alrededor del 5 de abril, Kurt encerrado en un cuarto arriba del garage de su casa, se sacó su gorro de cazador, aquel que usaba cuando quería pasear por la calle sin ser reconocido y se puso a escribir una carta. Escribió, se supone, una carilla con tinta roja dirigida a “Boddah” (sic), el nombre con el que, en su infancia, llamaba a un amigo invisible. Luego tomó algo más de droga, presumiblemente heroína, se sentó en una silla y disparó el gatillo del arma que apuntaba a su cabeza.

Nace otro mito

Luego de varios días desaparecido y de ser buscado infructuosamente por la policía, dos investigadores privados, familia y amigos, el 8 de abril Cobain apareció muerto en su propia casa. Según los médicos forenses ya llevaba dos días y medio encerrado en aquel cuarto en ese estado y en su cuerpo se encontraron rastros de heroína y Valium. Al otro día los diarios de todo el mundo llevaban, muchos de ellos en sus portadas, la noticia de que el líder de Nirvana se había suicidado. Las palabras de la carta que había dejado corrieron rápidamente por las agencias noticiosas del planeta: “Hace años que no me emociono con nada y me siento culpable”, “El peor crimen es fingir” y una frase del tema “My, my, hey, hey” de Neil Young, “Es mejor arder que irse extinguiendo de a poco”.

“Lo siento, lo siento, lo siento. Yo voy a estar ahí. Yo los voy a proteger. No sé adónde voy. Simplemente no puedo estar más aquí”. (Kurt Cobain)

Ese mismo día Courtney Love hizo sus primeras declaraciones a través de la cadena MTV. “Todo aquel que se sienta culpable que levante la mano”, dijo. Además, contó que, en ese momento, llevaba puesto los jeans y las medias de su marido y guardaba un mechón de su pelo. Su madre, Wendy Cobain dijo a la prensa: “Ahora se ha ido y se ha unido a ese estúpido club”, en referencia a aquellas estrellas de rock muertas a raíz de problemas con drogas como Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison o Sid Vicious.

La compañía Goldmountain, que representaba a la banda, emitió un comunicado a la prensa que decía: “Estamos profundamente entristecidos por la pérdida de un artista tan talentoso, un amigo cercano y un padre amoroso”. Dave Grohl, en cambio intentó mantenerse al margen de la avalancha de declaraciones y comunicados que lloverían a partir de que fuera conocida la noticia. “Este es un momento difícil para todos”, dijo, “dudo si voy a estar hablando con nadie ahora excepto con mi familia… pienso que no voy a hablar con nadie, acerca de nada, por un tiempo”.

El 10 de abril unas cinco mil personas se reunieron frente a la casa de Cobain en Seattle para recordar y despedir a Kurt Cobain. Luego de que unos parlantes hiciesen escuchar el tema “Serve the servants”, se escuchó la voz de Courtney Love leyendo fragmentos de la carta que él había dejado. Además de ahorrarse las partes de carácter personal porque, “no son de vuestra maldita incumbencia”, dijo. No se privó de dar su propio punto de vista del resto del mensaje. Su lectura fue continuamente interrumpida para expresar su desagrado y su bronca con la decisión de su marido y con las justificaciones que había dejado. Si bien la versión oficial es que Kurt escribió una carta de una carilla, tiempo después Love revelaría la existencia de otro texto adicional. “Él me dejó otra carta además de la nota en la que explicaba su suicidio”, dijo. “Es un poco larga. La puse en una caja de seguridad. Tal vez se la muestre a Francis, tal vez. Es larga porque se repite a sí mismo. “Lo siento, lo siento, lo siento. Yo voy a estar ahí. Yo los voy a proteger. No sé adónde voy. Simplemente no puedo estar más aquí”.

Palabras finales

Este es el texto de la carta que Kurt Cobain dejó a su familia y fans y que Courtney Love leyó aquella nublada tarde de domingo en Seattle:

“A través de los años, es mi primer acercamiento a, podemos decir, la ética que envuelve con independencia y a la unión de su comunidad, ha probado ser cierta. No he sentido la misma emoción escuchando música que cuando la creaba, escribiendo realmente algo desde hace ya dos años. Me siento culpable más allá de las palabras acerca de estas cosas. Por ejemplo, cuando estamos por entrar al escenario y las luces se apagan y la ovación maniática de la multitud comienza, no me afecta de la misma forma en que lo afectaba a Freddy Mercury, quien parecía amar y adorar el amor y la admiración de la multitud. Lo que es algo que admiro y envidio totalmente. El hecho es que, no puedo engañarlos, a ninguno de ustedes. Simplemente no es justo ni para ustedes ni para mí. El peor crimen en el que puedo pensar es engañar a la gente fingiendo, pretendiendo que me estoy divirtiendo 100 por ciento.

Algunas veces siento como si marcara la tarjeta en el reloj de control antes de entrar a escena. He intentado todo lo que está en mi poder para apreciarlo y lo hago. Dios, créanme, lo hago. Pero no es suficiente. Aprecio el hecho de que yo y nosotros hayamos afectado y entretenido a un montón de personas. Debo ser uno de esos narcisistas que sólo aprecia las cosas cuando se encuentra sólo. Soy demasiado sensible.

Necesito estar un poco atontado para recuperar el entusiasmo que alguna vez tuve cuando era chico. En nuestras últimas tres horas juntos pude apreciar mucho más a las personas que conozco íntimamente y a los fans de nuestra música. Pero de todos modos no puedo salir de la frustración, la culpa, o la empatía que siento por todo el mundo. Hay bien en todos nosotros y simplemente amo a la gente demasiado, tanto que me hace sentir tan jodidamente triste, un pequeño sensible triste, que no aprecia, un Piscis hombre de Jesús.

No lo sé. La pasé bien -muy bien- y estoy agradecido. Pero desde los 7 años, me he vuelto hostil hacia todos los seres humanos en general porque parece que les resulta tan fácil a la gente relacionarse y sentir empatía solamente porque amo y siento a las personas demasiado. Supongo. Gracias a todos desde lo profundo de mi ardiente, estómago nauseabundo por sus cartas y preocupación durante estos últimos años. Soy demasiado errático, ciclotímico y ya no tengo más la pasión. Así que recuerden es mejor arder que irse extinguiendo de a poco.

Paz, amor, empatía, Kurt Cobain.”

Esteban Rottman
Esteban Rottman
Periodista desde 1992, pasó por las redacciones de las revistas 13/20, Pelo, Generación X y AZ Diez y fue colaborador en publicaciones de diversos temas (Zona Educativa, Metal, Jazz, Game Over, Texturas, entre otras). Durante seis años fue corresponsal en Argentina de la revista italiana Colors. Fue Editor Jefe de los portales MSN de latinoamérica y cofundador, en 1997, del sitio web Periodismo.com.