El hecho de haber sido descubierto hace apenas tres décadas hace de este yacimiento uno de los grandes desconocidos de la península de Anatolia. Y sin embargo, los avances en los estudios han confirmado que se trata del templo más antiguo del mundo. Una excusa perfecta para visitar una zona aún desconocida de Turquía que trata de atraer al viajero con instalaciones como el cercano museo arqueológico de Şanlıurfa.